martes, 4 de febrero de 2020

¿Qué es un tinete? Palabras en peligro de extinción

Fotograma de "L'oiseau et l'enfant", por United Kids
Niños lanzando piedras a un tinete





Por Esperanza Cabello



Ser maestro acarrea muchas buenas sorpresas constantemente, y ser un docente con casi cuarenta años de profesión hace que sepas que con total seguridad cada día tus "niños" te sorprenderán.
Y hoy nuestros niños nos han sorprendido decubriendo, sin querer, una palabra ubriqueña muy en peligro de extinción. El tinete.
¿Qué es un tinete? 
Básicamente es un blanco que se coloca a una determinada distancia y al que se lanzan piedrecitas para adiestrar la puntería.
Los tinetes pueden ser de piedras, palos, botellas o latas, y las piedrecitas pueden lanzarse con la mano o con un "tirador" (que así decimos en Ubrique a los tirachinas).
Durante la clase, mientras veíamos el video clip de unos niños jugando en el bosque, los alumnos debían hacer un listado de las actividades "que nos hacen felices" cuando estamos con los amigos.
Entre ellas estaba la que reflejamos en el fotograma, cinco niños tirando a un tinete, y ninguno, absolutamente ninguno de nuestro alumnos (hemos preguntado en todas las clases) tiene la más mínima idea de qué es un tinete.
Una lástima, aquellos juegos infantiles y aquellas palabras ubriqueñas que están perdiéndose inexorablemente. Pero, antes de que se pierdan del todo, dejaremos constancia de ello.
La primera medida, pedir a los alumnos que vayan a charlar un ratito con los abuelos y les regunten qué es un tinete. Mañana tendremos los resultados.
La segunda medida, ilustrarnos nosotros mismos para sber qué tendrá que ver la palabra tinete en nuestra cultura.




El primer desengaño, tinete no solo no aparece en la RAE, sino que no aparece en google, todas las entradas nos envían a la palabra "tinte" o "tíñete".
Eso sí, hemos localizado una zona de Indonesia que se llama "Tinete", pero eso no vale mucho para nuestro estudio.





Entonces ¿Qué es un tinete? Pues en un diccionario de portugués de 1891 hemos encontrado la palabras tineta, y su diminutivo tinete, pero tampoco ahí está la clave.

Así que nos hemos ido mucho más atrás en el tiempo, y después de entretenernos con muchos "martinete" y "patinete" hemos encontrado un  perfecto ejemplo de lo que era un tinete.
Las versiones más antiguas de la palabra nos hablan de una "pila", "tina" o "tinete" que se coloca junto a la prensa de las aceitunas para que el primer aceite vaya fluyendo.








 
Así que a partir de estas palabras hemos comenzado a pensar que el origen de la palabra tinete estaba en estas pilas en las que se hacía caer el aceite poco a poco y la expresión "la boca del tinete" nos hizo recordar rápidamente esas ranas de juguete a las que se les lanzan monedas o bolas para "atinar" justo en el centro. Y también hemos encontrado el ejemplo, esta vez en un libro canario de Dimas Coello. Sabemos que los canarios y los andaluces tenemos profundas raíces conjuntas y que nuestro léxico se mezcla en la noche de los tiempos.




 
Dimas Coello nos habla de las "ranas de tinete".


Mientras reflexionábamos sobre este juego, llegamos a la palabra "atinar", y nos dimos cuenta de que, como tantas otras palabras que conforman nuestro legado, hay una preciosa palabra latina "tinum", que puede estar (pues en la lengua nunca deberíamos afirmar categóricamente nada) en el origen de nuestro tinete.

"Tinum" ha evolucionado a "tino", palabra que sí está en la RAE, y aquí está la sorpresa:

Un tino es un lagar, que en la antiguedad se llamaba "tinete", en Ubrique debió de haber muchos tinetes, no solo para las aceitunas o las uvas, sino para la lana y el tinte. En nuestro pueblo hubo batanes hasta bien entrado el siglo XX,  y en ellos había varias teñidoras, alguna de ellas tuvimos la suerte de conocer hace más de cuarenta años.



Y tino es, según la RAE, el "acierto y destreza para dar en el blanco u objeto que se tira", nuestro tinete.

Nos maravilla la lengua, es verdaderamente másgica, porque, por un lado, tenemos un ejemplo de etimología popular, fenómeno que hace que dos palabras parecidas, de diferente origen, establezcan una relación de causa espontánea, se desde el punto de vist formal o de significado.
Eso es lo que pasa, por ejemplo con "esparatrapo" (tira con adherente que es de tela) o con "petacabra" (patacabra que sirve para hacer petacas), o con "mondrina" (naranja que se monda fácilmente).

Así que el los siglos XVII y XVIII se llamaba tinete a un tino o depósito de aceite. Hay otra palabra, de origen incierto, que también es tino, destreza para dar en el blanco. Así que la etimología popular ha hecho que el diminutivo de la primera se aplique a la segunda.

Pero no solo eso, el tinete original era un objeto, así que poco a poco el blanco que se coloca para demostrar la destreza que se tiene tirando a pasado a llamarse, a su vez, tinete. Y aquí tenemos la segunda magia de la lengua. Nuestros antepasados relacionaron la tina del lagar con el tino para apuntar. Y después el blanco al que se atinaba pasó a llamarse tinete con una bonita metonimia (gracias, Beatriz). 

Así pues un tinete es el blanco que se coloca para adiestrar la puntería.

La gran lástima es que esta sonora palabra, después de tantas vueltas y revueltas por nuestro lenguaje popular, está tan en peligro de extinción que prácticamente ha desaparecido, y solo los mayores de cincuenta la recordamos. Dejamos pues testimonio de ella en este blog e invitamos a nuestros compañeros maestros  a organizar juegos en las escuelas para reforzar la destreza, la fuerza y la habilidad manual y que jueguen a "poner un tinete" como hacíamos los niños ubriqueños hace ya tantos años.



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