domingo, 30 de agosto de 2020

Comienza la novena de nuestra Patrona

Grupo coral polifónico "Canticorum"
Antes de comenzar la novena 2020
Fotografía gentileza de Lisanda Fatou




Hoy ha sido un día tremendamente especial, a nivel de todo el pueblo, porque comienzan los cultos en honor a la Patrona de Ubrique, esta tarde ha dado comienzo la novena que cada año antecede al día ocho de septiembre, el día de Nuestra Señora de los Remedios.. 
A nivel personal y familiar, todo es perfecto, porque en esta novena hay un grupo muy especial de personas que han hecho un gran esfuerzo para poder cantar en este día especial con la escolanía, dirigidos por Daniel Borrego Marente. El grupo Canticorum, un poco mermado por las circunstancias de la pandemia, ha vuelto a actuar para nuestra alegría y asombro.
¡Bienvenidos!

Además, y como siempre sabiendo escoger las palabras y los sentimientos y dejándonos boquiabiertos con su sabiduría y su magnífica pluma, nuestro tío Pepe (José María Cabello como escritor), nos ha dejado sus impresiones en "Ubrique en el recuerdo" para que todos podamos disfrutar de ellas.


Por José María Cabello

También yo esta mañana le hice mi visita. Se acaba el mes de agosto y se inician las fiestas religiosas y las profanas en mi soñado pueblo. Señalada la devoción a nuestra Patrona. Y con una posible suspensión la tradicional Feria con sus festejos de septiembre en Ubrique. Los muchos años ya vividos nos convierten en niños. Y en ese trasvase de recuerdos que la memoria une en fechas determinadas, visitando en la catedral de Málaga a la Virgen de la Victoria, cuya novena también se inicia hoy, soñé con mi Patrona, con mi familia, con mi pueblo, con quienes (ellos y ellas) compartimos edad y con los que ya se fueron. 

Al fin y al cabo se trata de dos títulos complementarios del único de la Virgen, Madre de Dios, la que desde niño recé a sus plantas y es Remedios de todos nuestros males y sabedora de enfermedades y pandemias. Y la titular que tuteló mi adolescencia y primera juventud es adelanto de la Victoria definitiva que, en tiempos tan duros conseguiremos con una oración común y el cumplimiento compartido de las normas sanitarias.

 Y en esa cadena de recuerdos que entrelaza, sin sentido, la memoria, he vivido esta mañana la salida del Convento, tantas sabatinas a los pies de la Madre, el desfilar con Ella muchos años con el orgullo de ver que uno de sus varales fue llevado por mi padre, por mi hermano, por su hijo Francisco y por el nieto Francisco José. Y la solemne fiesta, o la función -como se denomina en mi pueblo- con vuelos de campana y la también sonora y sonada cohetada que precedía a la fiesta. 

Muchas veces la Virgen de los Remedios ha paseado por nuestras calles y ha reinado en nuestras casas. Nuestra devoción este año ha de ser interior y potente. Nuestra Madre está en la parroquia. Nos espera. Durante siglos, ha salido a visitarnos. Lógico es que en estos nueve días le devolvamos la visita. Así lo hice esta mañana, virtualmente. Y uniéndome al clamor de la salve popular que convierte la Plaza en una inmensa Coral, con mi voz ya cascada y la garganta seca de tantos recuerdos, me uno a la alabanza común. 

¡Viva la Virgen de los Remedios!


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