Lápidas romanas halladas en Ubrique
Catálogo monumental de España
Por Esperanza Cabello
Ayer explicábamos que nuestro amigo José Manuel Amarillo Vargas nos había regalado todos los textos relativos a Ubrique del Catálogo Monumental de España, redactados por Enrique Romero de Torres entre 1907 y 1908. Esta obra se publicó en 1934.
Esta segunda parte corresponde a la explicación de las lápidas halladas en el Salto de la Mora. Nos han llamado la atención varios detalles:
En primer lugar, ver cómo Enrique Romero de Torres utiliza en todos los casos la palabra Ocurri, y eso que en una revista de historia pudimos leer en 2005 otra versión muy diferente. Este es el texto original:
.
Lo que más nos ha gustado es que Romero de Torres utiliza en 1907 la palabra Ocurri , y al mismo tiempo explica que Hübner añadió una R y una M al transcribir la lápida. Pero el erudito sigue utilizando la palabra Ocurri, por encima de cualquier otra consideración, con sus dos erres, al igual que se ha utilizado en Ubrique los últimos cien años.
Y como en tiempos, al pobre grabador lo acusan de equivocarse (en este enlace).
La segunda cuestión que nos plantea la obra de Enrique Romero de Torres es el nombre del primer ocurritano conocido. Habíamos leído en el libro del padre Sebastián que se llamaba Bebio Dencio (en la imagen anterior)
En la revista de historia que citábamos anteriormente podemos leer, haciendo referencia a la publicación de Romero de Torres, el nombre de nuestro romano ocurritano como Bebio Decenio, aunque añade "natural de Ocori", pero eso no es cierto; en realidad el arqueólogo Enrique Romero de Torres, como puede verse en el texto, dice Bebio Decencio "natural de Ubrique" para añadir después (Ucor(itanus).
Así que, hasta que podamos ver la lápida a la que se refiere Romero de Torres, nuestro primer Ocurritano seguirá llamándose Bebio, pero el apellido quizás sea Decencio, como apunta el arqueólogo cordobés.
Transcribimos a continuación el texto íntegro del Catálogo Monumental de 1907/1908, escrito por Enrique Romero de Torres:
UBRIQUE
Villa situada al S. de Grazalema
y al E. de la provincia.
Fue la antigua Ocurri durante la
dominación romana. En el año 1792 D. Juan Begaso compró las tierras de Benafí
Alto, distante un cuarto de legua de esta villa, movido de curiosidad por verse
allí muchos vestigios de obras antiguas, como los restos de una gran muralla
que rodea una extensión de 15 fanegas de terreno aproximadamente y de otras
ruinas de edificios. Hizo varias excavaciones en estos parajes desde el año 1792
al 1795, las cuales dieron por resultado el hallazgo de muchas antigüedades
romanas: columnas, pedestales, capiteles, sepulturas, acueductos, pavimentos, aljibes,
atanores, ánforas, lucernas, un zarcillo de oro y muchísimas monedas.
También halló dos lápidas con
inscripciones y dos estatuas mutiladas, de mármol; una varonil, sin cabeza,
manos ni pies, cubierta la espalda con piel de león, y otra de mujer, sin
cabeza, pero mejor conservada, con áspides en el pecho (1)
(1) Existe
en nuestro poder una copia de un curioso manuscrito que se conserva en la
biblioteca del señor duque de T’Serclaes, titulado “Antigüedades de Ubrique,
descubiertas por D. Juan Begaso en el
año 1792”. Es una relación muy detallada de todos los objetos descubiertos en
aquella época y la descripción de los lugares donde fueron hallados.
Las esculturas, desgraciadamente,
han desaparecido, pero las inscripciones se conservan, por fortuna, en el Museo
Arqueológico de Cádiz. Hübner publica otra (núme.1338) encontrada en 1824, cuyo
paradero ignoramos.
En la calle Méndez Núñez existe,
en una casa que da al río, un cipo con inscripción borrosa que sirve de pilar a
la citada casa. Procede del sitio llamado “Salto de la Mora”.
Lápida geográfica. Mide 0,75 m.
de alto por 0,64 de ancho. Procedente de la Sierra de Benafí, término de
Ubrique. Por este notable monumento epigráfico y el siguiente se averiguó la
existencia del Municipio romano Ocurri. Es del año 142 de J. C. y está
regularmente conservada. Fue donada al Museo por D. Antonio Guerrero (Hübner,
1.336.)
Hübner en la copia añadió
una R en la palabra OCURRITANOR del octavo renglón, que no existe en el
original.
Lápida geográfica. Alto 0,60 m.
por 0,48. Hallada en el mismo sitio que la anterior. Donada por los señores don
Antonio Guerrero y don Antonio Segovia, Alcalde de Villaluenga. Es del año 186?
De J.C. y está bien conservada. (Hübner, 1337.)
También Hübner copió
OCURRITANORUM en el octavo renglón de esta lápida, añadiéndole una R y una M.
El original solo tiene una R y la V final aparece ligada con una N en esta
forma VN por defecto del grabador.
Otra lápida menciona D. Francisco
Javier Delgado, hallada en el mismo sitio en 1824. Ignórase su paradero.
(Hübner, 1.338.)
En el museo de la Real Academia
de la Historia hay un fragmento epigráfico procedente de las ruinas de Cazlona
(Cástulo), en el que se menciona a un Bebio Decencio, natural de Ubrique
(Ucor(itanus). Dice el P. Fita en el Boletín de la Real Academia de la
Historia, t. LVIII, pág 412, que el nombre romano de Ubrique se escribe en sus
lápidas, hasta hoy conocidas, Ocurri y Ocuri; más en la presente, Ucori se
acerca mejor a la pronunciación medieval y moderna que tiene este pueblo."
Este es el texto de Enrique Romero de Torres, que utiliza el nombre de Ocurri, pero también explica que Fita dice que el nombre romano de Ubrique se escribe Ocurri y Ocuri, aunque el arqueólogo cordobés se decanta por el nombre Ucori.
¿Ucor? ¿Ocur? ¿Ocurris? ¿Ocvri? ¿Ucori? ¿Ocurri? ¿Occurris? Si algo está claro es que absolutamente nadie puede certificar cuál sería el nombre de nuestra ciudad romana, y menos aún pretender imponer uno de ellos.
Agradecemos de nuevo a nuestro amigo José Manuel Amarillo que nos haya permitido leer y publicar el texto original de Romero de Torres, pues hasta el momento las referencias de que disponíamos eran engañosas.
.Nota del 25 de enero de 2015: hemos leído el texto de Monsieur Héron de Villefonse escrito en 1890 en el que propone un nombre más para nuestra ciudad romana: OCURIS
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2 comentarios:
Solo decir que estoy encantado de colaborar con vosotros. Un saludo a mis amigos ocurritanos.
Este me ha encantado, José Manuel, para mi un auténtico tesoro. Muchas gracias.
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