Por José María Cabello
Un día de enero. Hoy, día 24. En Ronda, festividad de la Virgen de la Paz, Patrona de la ciudad. A sus pies, en el Santuario que le da cobijo, los restos del Beato Fray Diego de Cádiz, el único paisano ubriqueño que goza oficialmente de culto en los altares.
Montón de sentimientos grabados en la memoria convertidos en recuerdo. Esta vez, estamos lejos. Entonces, los cultos religiosos, la salida a las rebajas en la capital y el descanso previsto para rematar la cuesta de enero, el vetusto januarius romano que abre su puerta (janua) al año que estrenamos.
Sigue el furioso ataque de la pandemia. Las cifras de las víctimas, estremecen. Y no solo afectan a la salud y a la economía. Se van con ella nuestros habituales usos sociales. Se acabaron los saludos, los grupos de amigos, los abrazos, los besos y aquel apretón de manos que cerraba con firmeza un trato...
Y la gran esperanza de la vacuna sedebilita por su tardanza. Nos apremia el tiempo. Los hospitales rebosan, los sanitarios y sanitarias se cansan, los medios faltan y los niñatos y niñatas "pasan".
Solo con mucha paz, con mucha ciencia y mucho aguante, conseguiremos la Victoria.
¡A por ella !
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