jueves, 28 de octubre de 2021

De turismo: ruta mágica por el centro histórico de Ubrique

El corralete de la Guindaleta, todo un lujo para los sentidos



Por Esperanza Cabello

Hace unas semanas tuvimos la ocasión de visitar el centro histórico de nuestro pueblo con unos familiares llegados de Perú, hicimos una breve visita y al ver nuestro centro histórico a través de sus ojos y sus comentarios decidimos que esta visita había que repetirla para plasmarla en el blog y aconsejarla a nuestros visitantes.

Y es que todas las piedras, muros y poyetes han sido encalados con primor en las últimas semanas, y eso se nota, ahora sí que parecen muros de cuentos de hadas, pues con sun simple toque de cal y mucha verdura, nuestras calles, esquinas y recovecos son de cuentos de hadas.

Y el mejor compañero para preparar y fotografiar esta ruta es sin duda nuestro hermano Manolo, que no solo vive en pleno centro histórico, sino que conoce y aprecia a los vecinos, que disfruta recorriendo sus rincones y que es capaz, con sus fotos detallistas y cuidadosas, de captar cada peculiaridad, cada matiz, cada tono.

Esta ruta mágica está llena de luz, de blancura y de plantas. De rincones ensortijados, de pinceladas andaluzas y reminiscencias antiguas. De flores, de colores, de alegría. Habíamos pensado en elegir solo unas cuantas fotografías de las muchas que ha hecho Manolo e ir comentando el recorrido, pero fijándonos mejor, es preferible contarles cuál ha sido nuestra ruta, o mostrarla en un mapa, para después disfrutar de las magníficas imágenes de Manolo.

Por supuesto que nos hemos dejado muchos rincones detrás, hay mil y una cosas que ver en el centro histórico de Ubrique, pero seguro que esta ruta mágica nos deja a todos asombrados y felices.

 

 



Partimos de La Plaza, donde están el ayuntamiento y la parroquia, a la derecha la calle Botica, después la calle Fuentezuela, la calle Pozuelo y la Guindaleta, con sus dos corraletes; subimos las escaleras de la Guindaleta y desembocamos en La Torre, pasamos por el Peñón de la Becerra y volvemos a bajar por la calle Caracol, después de haber echado un vistazo a la calle San Gregorio. Nos desviamos un poco al callejón del Norte y proseguimos en nuestro descenso por la calle Caracol, todo eso sin olvidarnos de saludar a nuestra querida Isabel Muñiz y maravillarnos con su casa y sus macetas.

 

 

Isabel, con sus más de ochenta años y su sonrisa eterna saluda a los visitantes y da todas las explicaciones pertinentes



 Llegamos a la calle Saucos y continuamos descendiendo hasta la plaza de la Verdura, desde aquí de nuevo a La Plaza.  También podemos hacerlo exactamente a la inversa, subiendo desde la plaza de la Verdura por la calle Saucos y desviándonos hacia la calle Caracol...

Un recorrido fácil, de media horita y precioso, feleicitamos de nuevo a quienes se han encargado de pintar y blanquear muros, piedras y asientos, es un verdadero lujo. ¡Gracias!

Y a ti, hermano, mil gracias por el paseo y por fijarte en los pequeños detalles, desde el antiguo amarradero de burros hasta la piedra picada como suelo, pasando por los miles de flores, cruces y piedras que se cruzan en nuestro camino.💜💜💜






























































1 comentario:

Rafael Hevia dijo...

Buenas noches Esperanza:
Gracias por la oportunidad y gusto que nos regala la lectura de tu relato-guía titulado “Ruta mágica por el centro histórico de Ubrique”.
Te confío el ruego de llevar a Manolo mi reconocimiento por el luminoso y artístico reportaje gráfico que evoca los senderos recorridos y fueron testigo de mi lejana infancia, a la par que refleja la colosal transformación operada en las infraestructuras, pavimentación de viales... signo del progreso cultural y social, vecinal y municipal.
En la noche en que jóvenes se congregan en fiestas y botellones convocados por el clarín de los intereses y hábitos colonizadores de la angloesfera aprovechado por los hosteleros en el umbral de la Todos los Santos,quiero recordar y me gustaría reivindicar aquel desplazado “Día de los paseos” ubriqueño.
Del mismo modo, las tradiciones familiares y sociales junto a la gastronomía local, andaluza y nacional: sabrosas piruletas para los niños, castañas asadas y cocidas, chocolate en taza acompañado de buñuelos de viento, huesos de santo, pestiños, gañotes, postre de caquis, dulce de membrillo, tostón y sorbo de anís …
Abrazos cordiales.
Rafael Hevia.