sábado, 27 de noviembre de 2021

Palabras que nunca existieron: "Lloró emmorecío"

 

 

Bebé llorando "emmorecío"

Gentileza de Ser Padres (en este enlace)


Por Esperanza Cabello


Siempre es momento de aprender, y cualquier excusa es buena cuando nuestras palabras nos dan una lección, a nosotros que somos "adoradores" de las palabras y nos han tenido entretenidos toda la vida, nos encanta encontrar, sin esperarlo, una palabra nueva que desconocíamos y que solo podríamos reconocer en su formato ubriqueño.

Ya hemos contado alguna vez cuando supimos, por García Márquez, que las sábanas que nuestra abuela llamaba "percoías" eran percudidas; o que las aceitunas son sajadas y no zajás, como siempre habíamos dicho, o que el jabón lo fabricaba nuestra tatarabuela en una "almona", y no en una "armona", como habíamos dicho siempre.

Una vez, en un ejercicio de vocabulario, tachamos la palabra "azartén" que una niña (un besito, Noemí) había escrito traduciendo poêle, que es sartén en francés. La chiquilla, muy indignada, nos dijo que su madre siempre decía "azartén", y que si su madre decía "azartén" quién era ella para corregir a su madre. Recuerdo que le devolví el punto, no sin antes hacerle prometer que no volvería a escribir sartén de esa mala manera.

Pues lo mismo nos ha pasado a nosotros con la palabra "emmorecía", pasó junto a nosotros una madre con una niña de meses llorando "emmorecida", y estuvimos comentando lo curiosa y visual que era esa palabra, porque cuando un bebé llora tantísimo a veces "se pone negro" de respirar con dificultad.

Y resulta que no, que no tiene nada que ver con el morado. Hoy, leyendo uno de los capítulos del libro de Juan Barea "Aventura en el Índice", hemos encontrado la palabra "desmorecerse" y la hemos buscado en el diccionario de la RAE

 


Desmorecerse es cuando la respiración se perturba por el llanto excesivo, y nosotros toda la vida diciendo "emmorecío".

Nos ha encantado esta magnífica lección de castellano, y desde hoy añadiremos emmorecido a la palabras ubriqueñas que ni siquiera llegaron a existir, a pesar de que podemos dar fe de su existencia: las pilistras, las estrebes, las jocifas, las cerpas (felpas), incluso las angarillas.

Y a partir de hoy, cuando busquemos en internet emmorecido o emmorecida, quizás encontremos algo más que la exigua cantidad de 1 o 2 resultados en total.






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