Foto: Leandro cabello Izquierdo
La Cerca: Bosquecillo de encinas
Dicen que la memoria juega a menudo con nosotros y hace que los recuerdos, sobre todo si son de cuando éramos pequeños, se amolden a nuestros ideales. Así vemos las casas más grandes, los amigos más amigos, los cielos más azules, los campos más verdes...
Nosotros recordábamos La Cerca, el campo familiar, como el mejor de los campos del mundo, un lugar en el que nos mezclábamos con la naturaleza para jugar, bañarnos, aprender, estar con la familia y disfrutar.
Pero nuestro recuerdo se ha quedado, por una vez, corto, y nuestra sorpresa ha sido muy grata al admirar la belleza del paisaje y la preciosidad de árboles que aún siguen allí, esperándo a que otro montón de primos vuelva a jugar entre ellos.
Gracias, Leandro, por recordarnos los tesoros que tenemos aquí mismo, al alcance de la mano, ya casi en pleno centro del pueblo. Que siga así muchos años...
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