Ubrique en el Catálogo Monumental. Fotografía de Romero de Torres |
Por Ana María Venegas Bazán
Hace más de medio siglo nací en Ubrique, un bonito pueblo de la provincia de Cádiz.
Por aquel entonces era un pueblo en blanco y negro; blanco por la cal de sus casas y negro porque corrían duros tiempos.
Por sus calles estrechas y empedradas jugaba mientras sonaba el "tan tan" de la petacabra.
Nuestros antepasados luchaban por nuestra industria trabajando a destajo hasta la madrugada.
Desde la Sierra bajaba el agua cristalina y transparente hasta las fuentes. Las mujeres caminaban con el cántaro en el cuadril hasta llevar el agua a sus casas. Así las recuerdo, y también con las tablillas entre las piernas, cosiendo a mano las petacas en la puerta de sus casas mientras veían jugar a sus hijos y a la vez los educaban.
Es un deber reconocer a todos y cada uno de los ubriqueños que tanto han hecho por nuestro pueblo, creadores de petacas, carteras y monederos.
Aquellos hombres que con una maleta vendieron nuestros artículos de piel por el mundo entero.
Han sido muchos años de lucha diaria, por eso nuestra historia nos avala. Trabajadores, viajantes y empresarios, entre todos consiguieron que nuestra industria fuera patrimonio de todos los ubriqueños.
Situado en medio de dos Parques Naturales, rodeado de pinsapos, algarrobos, chumberas y alcornoques, sigue su gente viviendo sus tradiciones.
Cada ocho de septiembre, con gran devoción, camina mi pueblo junto a nuestra Patrona, la Virgen de los Remedios.
Y, aunque ha pasado el tiempo, los niños siguen jugando en medio de la Plaza, donde jugué durante mi infancia.
Todo pueblo tiene su historia con sus luces y sus sombras, y yo me pregunto ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?
Para todos los que no conocen mi pueblo les diré que mucho antes de que aquí naciera un torero en cualquier lugar del mundo había alguien que tenía una petaca, cartera o monedero de Ubrique.
¡Qué suerte tengo de haber nacido en este rincón tan bello, qué orgullosa me siento de su gente, petaqueras y petaqueros, los que con su trabajo día a día han conseguido que las grandes firmas apuesten por nuestros artículos de piel!
La fábricas de mi pueblo acogen cada día a cientos de ubriqueñosque con sus manos hacen artesanía en la piel. Pueblo de grandes pintores y verdaderos artistas que repujan la piel.La lucha de nuestros antepasados no ha sido en vano, porque a Ubrique se le conoce por su trabajo.
Tarde de fiesta en Ubrique (de Francisco Prieto)
Gentileza de José María Gavira
Hace mucho tiempo que confesé públicamente y por escrito estar enamorada de mi pueblo, quizás por ese estadío de locura en el que vive quien está enamorado lo llegue a ver distinto, o quizás no como lo ven los demás.
Pero tengo la certeza de no estar equivocada, después de tanto tiempo sigo paseando a diario por sus calles estrechas y empedradas donde sigue sonando el "tan tan" de la petacabra, allí en lo más recóndito de sus entrañas se sigue fabricando, trabajando con la dignidad que caracteriza a la gente de bien, para llegar a fin de mes.
¡Ah! Se me olvidaba. "La cara oculta de la luna nunca se ve".
Mi pueblo, Ubrique, "Cuna del artículo de piel"
Ana María Venegas Bazán
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