Portada de la primera publicación de Manuel Cabello Janeiro
"Ubrique, encrucijada histórica" 1987
De vez en cuando hay buenas rachas y esta es una de ellas. Si en los días anteriores hemos podido publicar algunos documentos muy interesantes que nos han enviado los amigos. Hoy estamos doblemente satisfechos. En primer lugar porque de nuevo un amigo nos ha enviado unos documentos muy interesantes, y en segundo lugar (y no por ello menos importante) porque los documentos los había escrito nuestro padre: Manuel Cabello.
Nuestro amigo Félix Rincón, al que agradecemos encarecidamente que nos haya enviado estas cartas, nos ha contado que mientras ordenaba antiguos libros de texto ha encontrado estas dos cartas de nuestro padre:
La primera, de noviembre de 1987, es una carta manuscrita en la que presenta a todos los vecinos de Ubrique su primera publicación. Era un libro en el que había puesto su alma y toda su ilusión. Por fin había conseguido plasmar en un libro muchas de las historias de Misión rescate. Lo había hecho en tono coloquial y sencillo, como si contara una historia, como si estuviera contando un cuento a un grupo de alumnos.
Y ahora quería presentarlo a todos, a sus alumnos, a sus colaboradores, a sus vecinos...
"...En esta Pandilla estás retratado tú, si te sientes ubriqueño.
Nuestro libro, realizado con la más depurada técnica de impresión y encuadernación, con más de 335 páginas, 70 ilustraciones, 2 planos originales, sale al mercado en esta edición "ópera prima" al precio de 1950 pts (de momento sin cargo de intermediarios)."
Publicidad de Manuel Cabello para la Feria del Libro de 1988
La segunda, de junio de 1988, porque la Feria del Libro de Ubrique celebraría su XXIVª edición, y en ella iba a poner a la venta los últimos volúmenes de las dos ediciones de su libro "Ubrique, encrucijada histórica".
Estos documentos, tan cercanos para nosotros, nos han hecho pensar en la cantidad de vueltas que nuestro padre tuvo que dar para su trabajo y sus publicaciones. Era un maestro nacional con una familia numerosa (somos cinco hermanos) y el sueldo no daba para ningún tipo de dispendios.
En aquellos tiempos hacer una publicación era muy caro, y no podía permitirse esos lujos. Pero era tanta su ilusión por compartir con todos el resultado de sus investigaciones y sus trabajos que hacía trabajos extra como vendedor de enciclopedias (¿En qué casa de Ubrique no habrá una enciclopedia Sopena?) para poder editar sus propios libros... Que después tenía que vender para poder pagar las facturas.
A veces hoy en día nos quejamos de la situación económica en la que estamos, pero basta echar la vista atrás unos años (treinta o cuarenta) para encontrar un mundo con muchas necesidades aún y, lo mejor, a unas personas con la suficiente fuerza, empuje e ilusión como para trabajar de sol a sol persiguiendo una meta, y ahí se incluyen todos nuestros padres y abuelos: petaqueros, viajantes, maestros, vendedores, obreros, comerciantes... Que trabajaron muy en serio para sacar a sus familias adelante.
Y a ellos les debemos el estado de bienestar del que disfrutamos hoy en día. Se esforzaron por darnos estudios, por mejorar las vidas de todos y por hacer para nosotros un mundo mejor.
Por todo ello siempre nos faltarán palabras para agradecerles su esfuerzo.
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