Convento de San Onofre, en Badajoz
Gentileza del club de senderismo "El Mirrio"
Por Esperanza Cabello
La historia de nuestro pueblo está llena de referencias religiosas masculinas. Hemos leido historias de curas, frailes, obispos e incluso beatos. El convento de Capuchinos se construyó a mediados del siglo XVII y desde entonces han sido muchos los religiosos de nuestro pueblo que han tomado los hábitos y han sido más o menos conocidos por sus paisanos.
Pero no tenemos apenas referencias femeninas. Alguna religiosa que se ha ido a las misiones, alguna hermana que ha desarrollado una increíble labor (siempre en la sombra). Realmente el mundo femenino también ha estado en situación de inferioridad entre lso religiosos.
Hoy hemos encontrado un trabajo muy meticuloso y relevante, realizado por la licenciada María Guadalupe Pérez Ortíz, publicado por la Universidad de Extremadura.
Tesis Doctoral presentada por
Nos ha apasionado leer (en parte) esta tesis doctoral. Apreciamos el ingente trabajo de los bibliotecónomos y los archiveros, y nos parece fundamental este tipo de trabajo para que nuestra historia, nuestras historias, tomen consistencia, sean conocidas y apreciadas.
Todo empezó curioseando el convento de San Onofre, un maravilloso edificio del siglo XV actualmente en ruinas, construido sobre una cueva de la que manaba una fuente que "se convertía en piedra" (en esta página de la Diputación de Badajoz se puede leer la historia).
Y nuestra sorpresa ha sido gigantesca cuando, curioseando en la tesis e ideando la forma de organizar nuestros archivos (cada vez más importantes), escribimos el nombre de nuestro pueblo en el buscador y encontramos a Paula Bidriono, una ubriqueña naciada a principios del siglo XIX que solicitó entrar en el convento de San Onofre en 1827.
Ficha correspondiente al expediente de Laura Bidriono
Estamos ideando la forma de ponernos en contacto con la doctora Guadalupe Pérez, sería increíble poder acceder al expediente de esta ubriqueña, leer su partida de bautismo, saber cómo fue aceptada en el convento, cómo fue su vida allí, si cambió de convento, cuándo murió, quiénes fueron sus padres, sus padrinos.
Esa niña habría nacido mientras los franceses ocupaban nuestro pueblo, habría conocido quizás la ermita de San Pedro, se habría paseado por nuestra plaza, por la calle Alcantarilla, por la calle Puente, por la calle Mesones. Nos interesa mucho esta ubriqueña discreta, que ha vuelto a salir a la luz doscientos años más tarde, de una forma totalmente casual, pero no gratuita.
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