Don Juan Manuel Ballesteros y Santa María
Director de la revista pedagógica Minerva
Hemos encontrado un documento muy interesante en la biblioteca de Conneticut. Se trata de un ejemplar de la revista Minerva en el que se describe a nuestro pueblo en 1833.
La revista Minerva fue la primera revista pedagógica que se publicó en España, su director era don Juan Manuel Ballesteros de Santa María, del que hemos podido conseguir estas notas biográficas:
Natural de Villaseca (Segovia) nacido el 27 de mayo de 1794, era hijo del profesor de cirugía don Antonio Ballesteros. Hizo estudios de Gramática y Humanidades, en primer lugar, para proseguir con los estudios de cirugía, filosofía y agricultura, consiguiendo la licenciatura en Medicina en 1826.
Su nombramiento como médico del Colegio Nacional de Sordo-mudos de Madrid marcó el rumbo de su vida, ya que pasó a ser profesor del colegio.
Su dedicación hizo que fuera nombrado director del colegio, cargo que ocupó hasta 1868. Tras su cese, debido a circunstancias políticas complejas, (el 12 de octubre de 1868, se retira a Segovia, donde muere el 10 de diciembre de 1869.
Durante su etapa como director, él mismo generó una dinámica colaborativa que llevó a sistematizar un Método y un Plan de Estudios. Esta misma labor formativa la había iniciado al principio de su carrera con la edición de la primera revista pedagógica de España, Minerva de la Juventud (1833-35), y, más tarde de la Revista de la enseñanza de sordomudos (1851).
(Extracto del excelente trabajo de Manuel López Torrijos: " Un compromiso y una aportación ejemplares: Juan Manuel Ballesteros y la educación de los jóvenes sordos y ciegos" (en esta dirección: dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2962977.pdf)
Pues bien, en uno de los números de esta revista encontramos la descripción de Ubrique, y, en ella, una descripción de los manantiales, las fuentes y el nombre de nuestro río:
Guadalsacaten, el río de Ubrique en "arábigo"
Es la primera vez que oimos el nombre de nuestro río, pero la palabra nos ha parecido preciosa. La rescataremos como topónimo local y, aunque no hemos encontrado ninguna otra referencia en internet, estamos seguros de que en los Archivos Nacionales podremos encontrar algún otro vestigio de este nombre tan singular: "Guadalsacaten".
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