Don Salvador de Sancha Fernández
El más prestigioso y respetado de cuantos profesionales han trabajado
en las excavaciones de El Salto de la Mora de Ubrique
ABC, diciembre 1980
Por Esperanza Cabello
El pasado sábado nos acercamos a ver la exposición que se ha montado en el CIHU del San Juan de Letrán sobre las excavaciones de Ocurris. Es una exposición discreta y didáctica, muy entretenida, en la que varias piezas llamaron nuestra atención, tanto por su presencia como por su ausencia.
Mientras leíamos distraidos los textos, leyendo por enésima vez los mismos argumentos para pretender imponer el nombre de Ocurris, un par de frases llamaron nuestra atención y nos llenaron de indignación.
No sabemos quién las habrá redactado, pero, sea quien sea, lo ha hecho con con muy poca consideración (como mínimo) e incluso nos atreveríamos a decir con vileza (en su acepción de la RAE: Acción o expresión indigna, torpe o infame ).
Nuestra indignación se debe al maltrato que ha recibido, en esos carteles, don Salvador de Sancha Fernández, una de las personas más importantes en el yacimiento de Ocurris, el encargado de las primeras excavaciones de la época moderna, en los años setenta.
Quien redactó el texto de los carteles habla, en primer lugar del "supuesto arqueólogo", para decir un poco más tarde que don Salvador no tenía la formación suficiente y había sido apartado de sus cargos.
Ni siquiera aunque esa persona tuviera razón es digno dejar eso escrito en unos carteles que se quedarán para siempre en nuestro "esbozo de museo arqueológico".
Si en un primer momento se ensalza la figura de Vegazo (¿Tendría título el venerado ubriqueño, o habrá que dejar de hablar de él como pionero al no tener título?) nos choca más aún que se desprestigie expresamente a De Sancha.
Don Salvador en la excavaciones de Bolonia
Revista Blanco y Negro, 1980
Don Salvador de Sancha Fernández realizó sus estudios de Historia en la Universidad de Sevilla, en la que fue su profesor, entre otros, don Juan de Mata Carriazo y Arroquia, el descubridor del famoso bronce de Tartessos, que insistió para que De Sancha se quedara con él en la facultad, alumno y maestro se profesaron toda la vida una gran amistad y respeto mutuo.
(Precisamente fue De Mata Carriazo quien acompañó a Salvador y a nuestro padre en la primera visita oficial grabada de las autoridades arqueológicas al yacimiento, que publicamos en este enlace).
Compaginó sus estudios de la licenciatura de Historia con las correcciones de pruebas en una editorial, ese trabajo le permitió estudiar, y fue precisamente trabajando para esa editorial cuando llegó a Ubrique en 1967 o 1968. Aquí lo conoció Manuel Cabello y aquí comenzó su amistad.
Un par de años más tarde don Salvador comenzó, con el beneplácito y el apoyo de don Juan de Mata Carriazo Arroquia, las excavaciones en el Salto de la Mora, y fue el redescubridor del yacimiento, lo puso en valor, lo dio a conocer al mundo, difundió nuestro patrimonio, hizo que la Casa de Velázquez de Madrid se interesara por nosotros, trajo a Ubrique a universitarios, profesores, estudiosos a los que interesó por nuestro pequeño tesoro, y fue, a todas luces, un hombre que hizo un bien inmenso a nuestro pueblo.
Al mismo tiempo don Salvador fue el creador del Museo de Artes Populares de Sevilla, y su director desde 1972 hasta 1978.
También fue el inspector español encargado de las excavaciones que se realizaron en la década de los setenta en Baelo Claudia, trabajando conjuntamente con Michel Ponsich.
Podemos encontrar sus publicaciones y sus artículos publicados en la revista "Persée" de la Casa Velázquez, y otros escritos en español y en francés.
Su hija María nos cuenta además:
"Al terminar su trabajo en el Museo, mi padre trabajó como asesor cultural
de la Diputación de Sevilla y también de la Diputación de Jaén, donde
estuvo recopilando fondos para un futuro museo etnográfico como el de
aquí de Sevilla, que él no llegó a montar, pero que creo que se ha hecho
con posterioridad. Es de suponer que tales trabajos no le fueran
encargados a alguien sin formación demostrable.
Por otra parte, mi padre fue también inspector delegado en las excavaciones arqueológicas de Baelo Claudia, y, producto de la colaboración entre él y la Casa de Velázquez, tenemos ahora esa magnífica ciudad romana para el disfrute de propios y extraños. Como colofón de tantos años de eficaz trabajo conjunto, a mi padre le fue otorgada por el gobierno francés la Orden de las Palmas Académicas, condecoración de gran relevancia en Francia, que se concede a académicos y personalidades por sus méritos en el campo de la cultura y la educación".
Por otra parte, mi padre fue también inspector delegado en las excavaciones arqueológicas de Baelo Claudia, y, producto de la colaboración entre él y la Casa de Velázquez, tenemos ahora esa magnífica ciudad romana para el disfrute de propios y extraños. Como colofón de tantos años de eficaz trabajo conjunto, a mi padre le fue otorgada por el gobierno francés la Orden de las Palmas Académicas, condecoración de gran relevancia en Francia, que se concede a académicos y personalidades por sus méritos en el campo de la cultura y la educación".
También nos ha explicado María que don Salvador creó el Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla a instancias del entonces Director General de Bellas Artes, don Florentino Pérez Embid, y que cuando las circunstancias políticas cambiaron ese puesto salió a oposición, pero ya entonces su padre se encontraba enfermo y renunció a competir por la dirección, que fue asignada a don Antonio Limón. Aún así don Salvador recurrió a la Administración por la forma en que había tenido lugar el despido y ganó, siendo indemnizado.
Podríamos hablar durante horas sobre el trabajo de don Salvador de Sancha y sobre el beneficio que nos ha hecho a Ubrique y a los ubriqueños. Podríamos aportar pruebas, escritos, artículos, citas...
Pero no creemos que sea necesario, nos parece indigno e indignante que alguien haya redactado de esa forma las frases que están en los paneles informativos, porque está claro que no es relevante la existencia o no de un título y esperamos que sean rectificadas con celeridad.
Una persona que ha hecho tanto bien a nuestro pueblo, un estudioso de nuestra historia, una persona respetable y culta, un "Caballero de la Orden de las Palmas Académicas" no puede ser tratado de esa manera infame en un pueblo por cuya cultura se desvivió; no es de recibo manchar la memoria de quien ya no puede defenderse y amó tanto su trabajo y a Ubrique.
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