Ubrique desde los Nueve Caños
Diciembre 2016
Por Esperanza Cabello
Si miramos antiguas fotografías del entorno de los Nueve Caños, una de las fuentes míticas de nuestro pueblo, la que recoge las agual del manantial del Benalfí, vemos que todo ha ido cambiando con los años. En esta fotografía de hace cien años (pinchar aquí) la fuente y el lavadero estaban al mismo nivel, al igual que el acueducto que se utilizaba para surtir de agua al pueblo (en este enlace).
Pero en el año 37 se hizo una gran obra para traer el agua corriente a todo el pueblo, se construyeron los depósitos, se sepultó el acueducto y toda la carretera subió de nivel.
Las derramas del Benalfí
Por debajo del actual firme de la avenida de Miguel Reguera
Esa obra de mediados del siglo pasado, y las posteriores capas de asfalto que han ido cubriendo la avenida de Miguel Reguera hicieron que algunos de los elementos arquitectónicos quedaran casi enterrados, entre ellos el acueducto del que hablamos, completamente por debajo de la calle San Francisco, o la fuente de los Nueve Caños y su rebosadero, casi dos metros por debajo del nivel ordinario.
Otro elemento arquitectónico, unos banquitos de mampostería construidos frente a la fuente que se convirtieron en un lugar de descanso al fresco en los días de verano, habían ido quedando poco a poco casi enterrados. Además aquel lugar a las afueras al que se iba de paseo se ha convertido en un lugar por el que transitan cada vez más vehículos, por lo que los bancos no solo habían perdido su función de lugar de reposo y mirador, sino que se estaban convirtiendo en un posible peligro, ya que la altura de sus respaldos no cumplía ya los mínimos lógicos.
Por eso, cuando hemos visto a mediados de diciembre que se estaban tomando las medidas necesarias para evitar este peligro, y no solo eso, sino adaptando la obra en el entorno de la fuente, el principio de la Calzada y la pasarela que da acceso a uno de los edificios de la avenida, hemos aplaudido esta iniciativa.
Al terminar los trabajos nos hemos dado cuenta de que la "novedad" está perfectamente integrada, e incluso apostamos a que muchos de nosotros ni siquiera nos hemos dado cuenta de que desde hace un par de semanas hay una nueva baranda tras los banquitos de los Nueve Caños.
Felicitamos desde aquí esta iniciativa de seguridad tan respetuosa con un entorno tan emblemático para todos los ubriqueños.
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