Manuel Cabello y Esperanza Izquierdo
Luna de miel en París, 1956
Por Esperanza Cabello
Hoy hace sesenta y un años que nuestros padres se casaron. En vida, no llegaron ni a celebrar las Bodas de Oro a causa de la temprana muerte de nuestro padre, pero nosotros recordamos siempre, el diez de septiembre, que es su aniversario, la saga Cabello Izquierdo continúa y se mentiene muy viva gracias a este enlace.
La boda fue un poquito difícil desde el punto organizativo. Se casaban a la vez nuestros tíos Paco y Carmen, así que había que poner de acuerdo a tres familias, y además nuestro abuelo Leandro, que en aquel momento era un flamante hombre de negocios, fabricante de artículos de piel de Ubrique de la mayor calidad, tenía muchos compromisos con clientes y proveedores.
En el Ubrique de 1956 no había apenas servicios, ni hoteles ni establecimientos que pudieran ocuparse de los invitados que no eran del pueblo, por lo que hubo que celebrar la boda por la tarde, para que éstos pudieran llegar desde Sevilla.
Ubrique, 10 de septiembre de 1956
Boda de nuestros padres en el campo de fútbol de San Sebastián
El grandísimo número de invitados también supuso un problema, no había en el pueblo salones que pudieran acoger a tantas personas, por lo que hubo de celebrarse en el entonces campo de fútbol de San Sebastián, allí se habítiló el espacio para los cientos de invitados.
Nuestra madre nos contaba que para organizar el viaje de novios hubo menos problemas, las dos parejas eran muy viajeras y tenían una ilusión común: celebrar la Luna de Miel en París.
También era muy diferente organizar un viaje en la época. Coche desde Ubrique a Madrid, tren desde Madrid a Hendaya y de nuevo un tren hasta París. Dos días de viaje para un destino soñado.
París, Grand Hotel Terminus, 1956
El hotel de la estación
Al llegar se alojaron en el Grand Hotel Terminus, y nuestra madre envió rápidamente una postal a nuestra abuela para que se tranquilizara, entonces habría pocas ocasiones de organizar una llamada de teléfono al extranjero.
Comenzaron sus vacaciones en París, visitando los lugares emblemáticos de la "Ciudad del amor".
París, le Grand Palais, 1956
Nos han contado tantas veces anécdotas de ese viaje, que debió de ser increíble, que las recordamos a menudo, sobre todo cuando visitamos París, como el día que pidieron helados a unos heladeros que tenían sus carrillos en la "Place de l'Étoile" en una lengua misteriosa: "un gelé de fresé y un gelé de chocolat", y el heladero les respondió riendo en español que se iban a comer los helados porque todos los heladeros de la plaza eran de Valencia, porque un francés no los hubiera comprendido.
La Torre Eiffel en 1956
Había circulación al pie de la torre y no eran necesarios los controles
Por supuesto la visita a la Torre Eiffel fue obligatoria, y los enamorados estuvieron fascinados con las vistas de aquel París deslumbrante.
Fueron unas semanas de disfrute y descubrimiento, y tan maravillados quedaron que aprovecharon cualquier oportunidad para volver a la "Ciudad del Amor", por supuesto para sus Bodas de Plata también. Y quizás eso haya influido en nuestros gustos e incluso en nuestra profesión, en cualquier caso, mereció la pena.
P.S.: Nuestra amiga Andrea Calle ha inaugurado una página titulada "Paris des amoureux" (en este enlace), estamos seguros de que esta es una bonita historia de enamorados y que muchas parejas tanto de Ubrique como de Grazalema han celebrado su Luna de Miel como nuestros padres.
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