Retrato-collage de Miguel Hernández realizado por José Antonio Martel con las fotografías de los profesores y alumnos del IES Las Cumbres en 2010
Poeta en el recuerdo
Digo Miguel, y el eco me responde Ramón. Pronuncio Ramón, y surge el canto amargo por la amistad derribada. Repito amistad, y se me revela el llanto quebrado del hortelano, el silencio errante, el sentimiento ahogado por los despropósitos odiosos de la vida.
Me alcanza la voz y se me clavan las palabras. Me oprime el corazón la soledad que dejó un hachazo, me arrastra al desierto de un patio sin macetas en primavera, me empuja al balcón vacío bajo el que sigue pasando el cortejo mísero de la muerte.
El futuro agoniza para convertirse en pasado segundo a segundo, palabra a palabra, verso a verso. Nunca sabré agradecer sus lágrimas. Esferas de cristal que brotaron de la desolación, jirones de tormentas que se escaparon a dentelladas de la rabia. Campanas de bóvedas infinitas que dejaron de sonar.
Como moneda que va de mano en mano, rodó de barrotes en barrotes. Altar de libertad acuchillada por sentencias y traiciones. Rehén de odios. Carne que los miedos dejaron despojada y abandonada a la enfermedad. Reo inocente de las pasiones que retuercen el alma.
Luces y oscuridades que se truncaron por la sinrazón de los hombres. Clamor y lamento. Suspiro de poetas. Alas de mariposas perdidas en el laberinto de las ilusiones desechas.
“Compañero del alma, compañero.”
Juan M. Ramírez Domínguez
Club de Letras-Speculum, Diciembre de 2.010
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