domingo, 25 de julio de 2021

Emparracatarse, una palabra ubriqueña en peligro de extinción.

 

 

Un bebé "emparracatado" a su madre

Imagen de "El último Koala" (en este enlace)

 


Por Esperanza Cabello

 

Hace algo más de dos meses que tenemos un nuevo miembro en la familia, la pequeña Luna nació a finales de abril para felicidad de todos y para hacernos hablar en ubriqueño legítimo.

Aún es muy bebé, y hay que cogerla en brazos como de mantilla, pero como tiene mucha fuerza, esta mañana hemos pensado: "Dentro de nada está emparracatá con su madre o su padre".

Y nos hemos reído al usar ese verbo tan ubriqueño y tan extraño.

Lo primero, buscar en internet, por supuesto que emparracatá no existe, ni tampoco emparracatada, nunca nadie ha publicado  eso en internet hasta hoy.

Así que lo hemos intentado en masculino: emparracatado. Y hay un solo resultado:


 


También hemos encontrado algunas entradas para "emparartacarse", incluida una divertida conjugación en alguna página extranjera: 



Como eso de "Instituo de verbología hispánica nos ha llamado la atención, hemos ido a ver qué era eso de emparracatarse, y aparece en una obra del filólogo Manuel Alvar:

Manuel ALVAR EZQUERRA
Tesoro léxico de las hablas andaluzas.
     Edit. Arco Libros.
     Madrid, 2000.


Y ya nos disponíamos a dar nuestra propia versión de lo que era un niño emparratacao, cuando nos hemos acordado de nuestro maestro, de don Bartolo y su "El habla de Ubrique", y efectivamente, aquí está:

 


 No lo encontrábamos en internet porque, desgraciadamente, no está digitalizado, y no es posible indexar nuestra riqueza lingïística adecuadamente, pero nosotros nos hemos permitido tomar prestado este trocito de su libro, seguros de que él estará de acuerdo.


"Emparracatarse, verbo pronominal. Abrirse de piernas para sentarse cómodamente sobre alguna superficie irregular.

En el DRAE consta lo más parecido en forma y en sigificado "esparrancarse", abrirse de piernas."

 

Así que aquí tenemos una palabra ubriqueña (parece que también se usaba en algunas otras zonas de Andalucía, aparece en un diccionario del habla almeriense) recogida en el libro del Hijo Predilecto de Ubrique y que, a partir de hoy, aparecerá también en las búsquedas de internet, esperamos. Aunque en realidad pensamos que de verdad esta palabra está en vías de extinción, aunque a algunas abuelas ubriqueñas se nos siga viniendo a la mente y pensemos en ella con una sonrisa.


Por cierto, que parece muy conveniente, no solo desde el punto de vista fisiológico, que los bebés se emparracaten a la cadera de las madres o de los padres, sino también desde el punto de vista psicológico. No sabemos si esta teoría es muy científica, pero sí muy curiosa. Podemos leerlo en este enlace.


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