Manolo Cabello regala a su sobrino Leandro Cabello su guitarra
Por Esperanza Cabello
El pasado domingo fuimos testigos presenciales de un acto de generosidad único. Bueno, en realidad es una tradición, pero ahora lo explicamos.
Estábamos esperando la salida de la patacabra carnavalesca, directa a su desfile por las calles de Ubrique para terminar el carnaval, cuando nuestro nuestro sobrino Leandro empezó a cantarnos unas letrillas que él mismo había compuesto para carnaval. Pasodobles, cuplés... no entendemos mucho de las canciones de carnaval, pero vimos claramente que Leandro tiene arte para eso, letras con "retranca", humor del fino, sugerencias, temas de actualidad... a su abuelo Manolo le habría encantado.
Su tío Manolo, amante incondicional de la música, y letrista él mismo de algunas coplas de carnaval de Ubrique famosas, lo animaba a proseguir con la afición, y a que se ocupara también por la música. Leandro le contó que él estaba entusiasmado, y que lo único que le hacía falta era una guitarra, que llevaba ya unos meses detrás de una y estaba esperando a conseguirla para dedicarse no solo a las letras, sino también a la música de sus canciones.
Todos los que conocemos a Manolo sabemos de su generosidad sin límites, y que es capaz de cualquier cosa con tal de hacer un bien. Pero no por eso dejó de sorprendernos lo que hizo a continuación: Volvió a preguntarle si él quería de verdad una guitarra, y como el sobrino volvió a afirmarlo, ni corto ni perezoso se fue a su casa y volvió con su guitarra, con la nueva, porque siempre ha habido una guitarra en la vida de Manolo (sabemos que estuvo como guitarrista en muchos grupos, en coros escolares y en su coro polifónico) y se la regaló al sobrino, que se quedó totalmente sorprendido.
-"Ya tienes una guitarra." Le dijo, "Ahora, aprende bien a tocarla."
Y hasta aquí el acto de generosidad que nos asombró muy gratamente. Pero es que a continuación Manolo nos contó que hace muchos años, cuando él mismo era un jovenzuelo con doce o trece años, nuestro tío Eduardo Izquierdo le preguntó si había algo que él quisiera (él que nunca pedía nada). Manolo le dijo que lo único que quería era aprender a tocar la guitarra, y entonces tito Eduardo, con la misma generosidad que hoy Manolo, le buscó una guitarra, de las buenas, y se la regaló para que pudiera aprender.
Manolo dice que nunca ha olvidado aquel gesto de Eduardo, y que ahora la vida le daba la oportunidad de agradecer aún más el regalo que, en cierto modo, marcó su vida.
Es una historia emotiva, emocionante y verdaderamente feliz, que nos hace recordar lo que de verdad importa en la vida💜💜💜
Manolo y su guitarra, 1970
Grupo Bóxer
Orquesta Bóxer
Orquesta Star
Orquesta Tesis
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1 comentario:
El mundo iría mejor con 100 como el!! GRANDE MANUEL!!!!
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