martes, 29 de junio de 2010

1ª Bajada Romana Benaocaz-Ubrique: vinieron, vieron y vencieron.

Algunos de los más de cien participantes
en la 1ª Bajada, Plaza de Benaocaz






Fotografías: Leandro Cabello
Texto: Esperanza Cabello



Poco a poco está volviendo el ánimo y parece que vamos a tener mucha suerte. Nuestra tía sigue bien y, aunque aún no ha terminado de pasar el peligro, la situación es muy alentadora.

Este buen cambio de rumbo hace que nos hayamos acordado de que teníamos una cita pendiente. Aunque ya hemos podido ver algunas fotografías de la Bajada Romana, tenemos una serie más de fotos que publicar.

Los estandartes con el logo de la bajada
que preparó Leandro

Más de cien romanos y romanas se congregaron en Benaocaz el día 26 a eso de las diez de la mañana. Allí se hizo el censo y se entregaron los recuerdos de este día (llaveros y bolsitos en piel de Ubrique).
Después del desayuno, un César leyó su divertido discurso en latín y todos se prepararon para comenzar a bajar.




El discurso que inauguró
la 1ª Bajada Romana


Entre los romanos había patricios, esclavos, soldados, emperadores... Estaban representadas todas las clases sociales.
En el kilómetro 2 de la calzada hicieron un pequeño descanso.
Hubo ocasión de que el poeta del grupo (que llevaba hasta su lira) recitara entonces el poema que Cayo el Ocurritano había escrito sobre Ubrique.



Hito del kilómetro 2 de la Calzada Romana



El camino se hizo un poco más complicado para los más pequeños, sobre todo a causa del calor, pero hasta las romanas más jóvenes, como Laura, consiguieron llegar a Ubrique después de un paseo magnífico.
Por el camino fueron acompañados de burros que llevaban agua fresca y refrescos para no deshidratarse, y también llevaron los envases vacíos, para no dejar ninguna basura por el camino.


Laura hizo el recorrido con su estandarte como una mayor
Los que eran más pequeños hicieron un poco del camino
montados en burro



Un poquito más tarde llegaron a la "frontera" entre Benaocaz y Ubrique, a La Cabeza del Toro. Allí los guías explicaron la tradición del saludo, intentando acertar en la cabeza.
Había premios para muchos: al romano mayor, al más original, al mejor traje, al mejor músico... que se fueron repartiendo a lo largo del día.



Francisco Cabello y Arturo Hidalgo
Dos de los organizadores de la Bajada Romana
explicando el significado de "la cabeza del toro"




Por fin llegaron a Ubrique. La comitiva estaba precedida por uno de los soldados montado a caballo que hizo varias exibiciones de monta (magníficos el caballo y el jinete) y que llamaba poderosamente la atención.



Jinete Romano en un magnífico caballo



También era singular ver a este grupo de gente transitando por las calles de Ubrique, donde les estaba esperando un recorrido especial, con refrescos y tapitas para recompensar el esfuerzo realizado. Algunos hosteleros habían preparado el local y se habían vestido ellos mismos de romanos para la ocasión.





Después del recorrido por la parte nueva del pueblo, todos se dirigieron a la Plaza del Ayuntamiento, donde hacía muchos años que no se veía una imagen como ésta:


El burrito amarrado
junto a la pila de la Plaza



Y a partir de la Plaza los organizadores se fueron relajando. Todo había salido según lo previsto. En el ánimo de todos los romanos estuvo siempre la ilusión de pasar un día tranquilo con la familia y los amigos, de hacer un recorrido por nuestra sierra y de llamar un poquito la atención de todos sobre nuestro pueblo, que en estos días ha estado en la radio, en la tele (los acompañaron las cámaras de Canal Sur)y en la prensa por motivos lúdicos y festivos, lo que es una alegría.


Casi al final del recorrido
Con la misión cumplida


Después del éxito de la 1ª Bajada, suponemos que habrá una segunda y una tercera. Seguro que en las siguientes podemos participar todos.


¡Enhorabuena a los organizadores! Ha sido un acontecimiento extraordinario.


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1 comentario:

Javier Janeiro dijo...

Cuanta envidia me dais, y como lo disfrutáis, cuando he visto la cabeza de toro, todavía me acuerdo cuando en las fiestas de Benaocaz, creo que era por San Blás, subíamos por la calzada para ir a bailar y los de ese pueblo (que por cierto encantador), los chicos nos recibían a pedradas para no ir a bailar con las chicas de dicho pueblo, y era en ese lugar donde nos esperaban, vaya tiempos que hemos pasado, saludos