María Ordóñez Rodríguez
La Alcaría, principios del siglo pasado
Por Esperanza Cabello
Muchas veces nos hemos referido a las casualidades, a las coincidencias y a que el mundo es un pañuelo. En este caso la coincidencia es extraordinaria.
En agosto publicamos una fotografía de la escuela de la Alcaría que Beatriz Díaz nos había enviado. Entonces confiábamos en que Rafaela Ordóñez, la madre de nuestra cuñada Reme, que había vivido en la Alcaría, nos ayudara a identificar a algunas de las niñas o maestras de la fotografía.
Claro que no contábamos con que todas ellas eran mucho mayores, y que iba a ser muy difícil.
Pero nuestra sorpresa ha sido mayúscula al saber que en la fotografía estaba, colocada a la izquierda, María Ordóñez Rodríguez, la tía de Rafaela que la había criado en la Alcaría.
Pero no solo estaba María en la fotografía, sino que Reme tiene una fotografía de su "abuela" del mismo día que la fotografía de Beatriz.
Las dos fotografías juntas, casi cien años más tarde
Gentileza de Reme Viruez y Beatriz Díaz
Si miramos las dos fotos veremos a María Ordóñez la primera por la izquierda en la foto del grupo, y comprobaremos que María lleva incluso la misma ropa y el mismo peinado (por no decir que está en la misma pose), o sea, que forzosamente las dos fotografías son del mismo día, hechas por el mismo fotógrafo, Lucas Rodríguez Centeno, a principios del siglo pasado.
Marcador de María Ordóñez
conservado por su sobrina desde 1906
Y esto último es un marcador de punto de cruz realizado por María Ordóñez en 1906 cuando estaba en la Alcaría. Un verdadero tesoro testigo de otra época en la que todas las niñas preparaban su propio marcador con siete u ocho años.
María Ordóñez era hermana del padre de Rafaela, y no tuvo nunca hijos propios, así que desde pequeñita acogió a Rafaela en su casa de la Alcaría, y la crió como si fuera su propia hija, encargándose de ella en todos los aspectos. Estuvieron viviendo en la finca hasta mediados del siglo pasado, que se vinieron a Ubrique.
Más tarde fue la propia María quien compró a Rafaela su casa, en la calle Botica de Ubrique y, como la historia va de coincidencias y casualidades, resulta que la casa que María compró a su sobrina era la primera casa de nuestros tíos Baldomero Fernández y Nieves Rubiales... el mundo es, realmente, un pañuelo.
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