Botines de Ubrique
Fabricados a mano en la primera mitad del siglo XX
Por Esperanza Cabello
Hace unos días contábamos que habíamos encontrado un auténtico y genuino sombrero de Ubrique, fabricado en la fula de la calle Prim por la familia Arenas Rubiales.
Pues hoy traemos otro pequeño tesoro para nuestra historia y nuestro patrimonio: dos pares de botines de señora, uno abotonado y el otro con cordones.
Botines de señora con cordones
Aún no han sido estrenados
En Ubrique la industria marroquinera tuvo un claro precedente: la fabricación de zapatos. La piel curtida era idónea para las suelas y las más delicadas para el cuerpo del zapato.
La primera botinería que hubo en nuestro pueblo fue la de don Serafín Vecina Poley, en el número 47 de la calle Real de Ubrique, y eran reconocidos sus productos por su calidad y diseño.
Detalle de la abotonadura de los botines
Fotografía: Luis Eduardo Rubio
Nuestros botines no son seguramente del siglo XIX, pero si de principios del XX, en Ubrique hubo muy buenos zapateros. Hemos podido leer en un escrito de Robustiano del Canto Moreno, publicado en el libreto de la feria de 1975, los principios de la historia de los botineros en nuestro pueblo:
Por el año de 1795, llegan a Ubrique don
Ángel Becina de Malta y doña Ana Poley Ortiz, matrimonio, los cuales traen con
ellos a su hijo, llamado Serafín. Figuran, excepto el padre, como vecinos de
Ronda.
Este Serafín contrae matrimonio con Beatriz Rodríguez el día 8 de marzo
de 1833. Del matrimonio nacen Cecilia -casada con Miguel T. Bohórquez,
ganadero-, Elisa, Ana, Ángeles, Aurelia y Ricardo, casadas con un médico
-Bohórquez- un sombrerero. -Nieto-un administrador de fincas -Janeiro- y un
fabricante de curtidos -Corrales-. Ricardo, muere soltero.
Otro hermano de Serafín, Buenaventura,
se casa tres años más tarde que su hermano el 18 de diciembre, con Ana de Jesús
Rodríguez. Es muy posible que las esposas de ambos estuvieran emparentadas.
Este matrimonio tuvo dos hijas: Ana y Rosa, que contrajeron matrimonio con un
sastre apellidado Paradas y un agricultor llamado Oliva.
No continúa Buenaventura el oficio familiar.
Escoge una profesión radicalmente diferente: se hace confitero.
Sobre el año
1796, llega un primo de don Ángel -José Becina Burgos, rondeño y sombrerero-.
¿Fue éste el maestro de los célebres sombrereros de Ubrique? Es muy posible.
Para distinguirlos de otros Becinas de
diversas profesiones, a la familia de don Ángel se le llama «Los Botineros».
Botines de Señora
Dos modelos diferentes
La siguiente coplilla serrana también fue recogida por Robustiano y publicada en el mismo libro de feria de 1975:
"De Ubrique son mis botines
Son de la piel lo mejor
Becina me los hizo
Para que los use yo
De Ubrique la piel y el contrabando
Y de las buenas petacas de cuarterón
De Becina y Aragón, el galardón.
Ubrique, pueblo mío
Yo a mi serrana dejé
Huyendo del contrabando
Mis petacas olvidé.
La manta de Grazalema
Llevaban los bandoleros
Y de Ubrique, sin dilema,
Los botines y el sombrero."
Sombreros y botines de Ubrique
Complementos de lujo por fabricantes de lujo
Nuestros sombreros y nuestros botines son una buena muestra de la artesanía ubriqueña. En Ubrique hubo magníficos zapateros en todas las generaciones: el maestro Pepe (nuestro tío José Piñero de la Rosa), Candelaria la zapatera, Juan María Mateos, José Esquivel, Carretero, Rivera... y todos ellos contribuyeron a agrandar el prestigio de Ubrique.
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5 comentarios:
Qué caña, no serán un 41 verdad? jejeje
¡Qué va! Apenas serán un 37. ¡Qué más quisiera yo!
Quita quita ! Los zapatos de la mesa !(en la foto) Aquí dicen que trae pobreza ! jejeje (Y de eso ya hay bastante)
Salu2.
Jeje, yo nunca he oido eso. La verdad que son zapatos especiales, pero ya no están en la mesa, los metí en la alacena :)
Un saludo!
Son preciosos. Pero esta clase de botines se siguen haciendo ahí?
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