Don Fernando Gavilán Vázquez y sus alumnos 1936-1937
Manuel Cabello Janeiro abajo a la derecha
Ángel Chacón ha identificado a Pepe Sánchez Guerrero, Gerardo Álvarez Janeiro, Antonio Álvarez Janeiro, Manuel Janeiro Vallejo (hijo de Arsenio), Bartolomé González, Diego Arenas Pozo, Aurelio Morales Garcés, José Aránegas y su hermano, están también un niño apellidado Chacón y otro Zurita
Ángel Chacón ha identificado a Pepe Sánchez Guerrero, Gerardo Álvarez Janeiro, Antonio Álvarez Janeiro, Manuel Janeiro Vallejo (hijo de Arsenio), Bartolomé González, Diego Arenas Pozo, Aurelio Morales Garcés, José Aránegas y su hermano, están también un niño apellidado Chacón y otro Zurita
Por José María Cabello
"Mi
maestro fue Don Fernando. Tuve otros con anterioridad: Doña Paquita Santos, don
Juan de Haro o don Ramón Crossa. A todos los recuerdo con cariño, a don Ramón especialmente por
su voluntad de hierro, él finalizó sus estudios de Farmacia cuando yo hice los
de Derecho en la Universidad de Granada. Pero me identifico con las enseñanzas
del gran pedagogo que fue, para mi generación, don Fernando Gavilán.
Depurado después de la Incivil, republicano convencido y respetuoso liberal, apenas tenia explicación
que en aquella época siguiese al frente de su misma escuela. Hacía honor a su apelativo de
Maestro. Recuerdo como lo más gratificante sus paseos y excursiones alrededor de la Escuela con sombrero y bastón para enseñarnos en vivo la
Naturaleza, la flora y los pequeños insectos abundaban en las huertas y en la
ribera del río que abraza a Ubrique.
Yo era pequeño y el ejercicio físico no fue
nunca mi fuerte por lo que me tomaba en brazos o me ayudaba siempre a vadear
las corrientes. De él aprendí el entusiasmo que aún conservo por lo natural y
por el respeto al medio ambiente. Con él supe el contenido ético de la
profesion, la disponibilidad absoluta de su persona, la preocupación honda por
los demás y el verdadero sentido de la solidaridad. Pero-sobre todo- conocí el
amor a la autentica libertad entendida como una lucha continuada contra
cualquier presión ideológica, incluso la religiosa y otra vez es mi constante- se
entremezclan vivencias de niño de escuela con largas conversacionesde
adolescente, ya en el Seminario, a la salida de su academia que había ubicado en
los Callejones en la conocida como "Casa del Médico Reguera".
1935. Don Fernando Gavilán Vázquez y sus alumnos
Entonces percibí
que en aquel hombre de apariencia escéptica y con la perspectiva del tiempo que
don Fernando era un maestro integro e integral.
Y ahora os cuento: Allá
por los ochenta en mi despacho de Jefe de Sucursales en la Caja de Ronda recibo
una carta quejándose de una actuación -a su juicio- injusta en la oficina de la
Cruz de Humilladero en Málaga. Sin mirar la firma por su inconfundible
caligrafía adivine que era Don Fernando. Y llevaba razón. Era él mismo. El de
siempre. El que no consentía una ilegalidad en su entorno y lo denunciaba a
voces. No veas la alegría que compartimos al decirle al jefe que lo mandase a Ronda
para solucionar su problema.
Todavía recordaba, con dolor, cuando en tiempo de los
maquis le hicieron dejar temporalmente su escuela.
¡Tiempos!
JOSÉ MARÍA CABELLO JANEIRO
Don Fernando Gavilán Vázquez había nacido en Alcalá del Valle el veintiocho de marzo de 1895. Casado con Francisca Romero Romero, llegó a Ubrique a ejercer su magisterio a principios de los años treinta.
La familia se instaló en la "salía" del lugar, entonces ya tenían dos hijas, Rosario y Lutgarda (siempre hemos oído hablar en casa de Lutgarda Gavilán, ese nombre tan original nos llamaba muchísimo la atención). Ya viviendo en Ubrique tuvieron un tercer hijo, Rafael, que nació en Alcalá de los Gazules, el pueblo de su madre.
Más tarde nació Felipe, el último de los hijos de la pareja.
Rosario se casó con un militar americano, Frank, por lo que cuando don Fernando Gavilán sufrió los desmanes de la Dictadura, que depuró a todos los maestros de la época, pudo exiliarse con su hija a Estados Unidos, donde estuvo viviendo hasta la Transición. Don Fernando había dado clases a todos los niños de la zona, también a los niños del campo y a los hijos de los maquis, desplazándose siempre con su bicicleta y su babi blanco.
De regreso en España, se instaló en Morón con su hijo Rafael (ya había muerto su esposa) donde estuvo viviendo hasta su muerte, en 1982.
Actualmente está enterrado en Granada, y su recuerdo sigue siendo imborrable en nuestro pueblo.
Más tarde nació Felipe, el último de los hijos de la pareja.
Rosario se casó con un militar americano, Frank, por lo que cuando don Fernando Gavilán sufrió los desmanes de la Dictadura, que depuró a todos los maestros de la época, pudo exiliarse con su hija a Estados Unidos, donde estuvo viviendo hasta la Transición. Don Fernando había dado clases a todos los niños de la zona, también a los niños del campo y a los hijos de los maquis, desplazándose siempre con su bicicleta y su babi blanco.
De regreso en España, se instaló en Morón con su hijo Rafael (ya había muerto su esposa) donde estuvo viviendo hasta su muerte, en 1982.
Actualmente está enterrado en Granada, y su recuerdo sigue siendo imborrable en nuestro pueblo.
1933-1934 Don Fernando Gavilán con sus alumnos
Bartolomé Romero y José Arenas Pozo justo delante del maestro
Fotografía de Mercedes Romero Janeiro
Nota: Desconocemos la procedencia exacta de la segunda fotografía que acompaña a esta entrada, si pueden reconocerla por favor comuníquenoslo para que lo hagamos constar. Gracias
Nota del 20 de julio: Acabamos de entrar en contacto con el nieto de don Fernando Gavilán. Comparte con su abuelo nombre, apellido y amor a la naturaleza. Es ornitólogo, y este es su blog.
Y esta la conversación entre Fernando y José María:
.
Nota del 20 de julio: Acabamos de entrar en contacto con el nieto de don Fernando Gavilán. Comparte con su abuelo nombre, apellido y amor a la naturaleza. Es ornitólogo, y este es su blog.
Y esta la conversación entre Fernando y José María:
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1 comentario:
Estimados Esperanza y Manuel, saludos: me ha resultado muy grato haber podido conoceros,he descubiero vuestro blog y he recordado con nostalgia aquellos tiempos en que los valores eran perpetuos y los hombres se vestian con capa y armadura invisibles para demostrar algo que ya no se lleva como es el honor y respeto.
Dificil es en los tiempos que corren utilizar esta palabreria que muy pocas personas entienden,pero que afortunadamente, todavia existen.
Quiero agradeceros en nombre de toda la familia Gavilan vuestras imagenes y comentarios, acabo de ver vuetro magnifico blog y voy a hacerlo participe a todos ellos.
Permitirme que os mande un abrazo fraterno de parte de todos nosotros, a ti Esperanza y tambien para ti Manuel y para todos los moradores de ese Pueblo encantador, Ubrique.
Fernando Gavilan Lopez.
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