Memoria de la Real Academia de la Historia
Por Esperanza Cabello
Después de unos años de polémica a propósito de Ocurris, de sus nombres, de sus epígrafes y de las publicaciones de la Real Academia de la Historia, hoy traemos una lápida sobre un posible ocurritano o uccor(itanus), como ustedes quieran; es, en concreto, un fragmento de su epitafio sepulcral.
Se trata de una lápida del siglo II en la que se señala el lugar en el que Bebio Decencio (o Baebius Decentius) reposaba eternamente.
Nosotros no conocíamos la historia de este ocurritano hasta que nuestro amigo Juan Ramírez adoptó el sobrenombre "Bebio Dencio", y nos recordó que Fray Sebastián de Ubrique hablaba de él en su Historia de la Villa de Ubrique.
Fray Sebastián había, sin duda, recortado en nombre del señor Bebio.
En una revista de historia local más actual encontramos también el nombre, igualmente un poquito recortado, "Bebio Decenio".
Más tarde, cuando leíamos los textos que Enrique Romero de Torres había escrito sobre Ocurris, vimos que el erudito cordobés utilizaba Bebio Decencio, tal y como reza la fuente. Hemos tenido que ir hasta 1907 para ver el nombre del primer ubriqueño conocido.
Nos gustaría recobrar este nombre del primer uccoritano inscrito en una lápida para la memoria local. Lo más curioso del caso es saber la historia de este epígrafe.
En la sesión de la Real Academia de la Historia de 12 de mayo de 1911, el señor Horace Sandars (1852-1922), ingeniero de minas que, según Juan Manuel Abascal, compaginó su trabajo con el estudio arqueológico de Jaén, más concretamente de Linares, presentó dos nuevos epígrafes encontrados en esta provincia. El secretario (señor Fita) levantó acta de la presentación de las dos lápidas, y agradeció los calcos y las fotografías que el señor Sandars ofreció a la Academia.
"La segunda lápida procede de las ruinas de Cazlona (Cástulo), cerca de Linares. La encontró un labrador arando una porción de aquel terreno. Sus letras son bellas y elegantes y parecen ser del siglo II. Fáltale á este fragmento la mitad superior que contenía el nombre del difunto á quien fué dedicada la inscripción. En este fragmento inferior, cuyos renglones están separados con rayas horizontales, el renglón segundo tiene al principio grabada una hoja de hiedra y una palmera al fin. Mide el fragmento 0,45. de ancho y 0,35 m. de alto; dice:
(B)aeb(ius) Decentius Ucor(itanus) faciendum curavit. H (ic) s(itus) e(st). S(it) t(ibi) t(erra) levis.
A... Hízole este monumento... Bebio Decencio, natural de Ubrique. Aqui yace. Séate la tierra ligera.
El nombre romano de Ubrique, villa de la provincia de Cádiz, en el partido de Grazalema, se escribe en sus lápidas hasta hoy conocidas, Ocurri y Ocuri; mas en la presente Ucori se acerca mejor á la pronunciación medioeval y moderna que tiene aquel pueblo".
F.F.
Se habla siempre de las dos lápidas de Ocurris, (una de ellas perdida dentro del mismo Museo Arqueológico de Cádiz), también del pedestal de Postumia, que apareció empotrado en un muro en el pueblo para contención de las aguas, pero de esta otra, del epitafio de Bebio Decencio, nunca hemos oído hablar en Ubrique, solo habíamos encontrado datos de ella, como ya hemos explicado, en la obra de Romero de Torres.
Si estos eruditos tienen razón, y Uccor es Ocurris, además de entender por qué Fray Sebastián utilizaba doble "c" para escribir OCCURRIS, tenemos otro dato para afirmar que es imposible tener la certeza del nombre de nuestra ciudad romana, que además seguramente fue evolucionando con el tiempo.
Actualmente el epígrafe se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional, nos hemos puesto en contacto con ellos para pedirles imágenes de la lápida, que, curiosamente, sí consta en varias obras nacionales e internacionales:
La más cercana, el Corpus de inscripciones latinas de la provincia de Jaén, de González Román y J. Mangas, y la más espectacular, en el proyecto dirigido por don Joaquín Gómez-Pantoja, de la Universidad de Alcalé de Henares, sobre epigrafía hispánica.
Parte de la ficha del epígrafe de Bebio Decencio
Nos gustaría mucho poder acceder a este epígrafe, y si fuera posible, confirmar la relación de Uccor con Ocurris.
Y si eso fuera cierto, nuestro ayuntamiento podría "invitar" a "Bebio", el primer ocurritano conocido, o a su epitafio sepulcral, a venir a su lugar de origen, diecinueve siglos después de su muerte, para poder exponer la lápida y mostrarla a los ubriqueños actuales.
¡Bienvenido, Bebio!
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Nota del 15 de octubre. El primer jarro de agua fría: nuestro amigo José María Gavira publicó este epígrafe cuando hizo su entrada en 2009 sobre Juan Francisco Masdeu y los posibles nombres de Ocurris (en este enlace) y consultó al especialista José Antonio Correa sobre la posibilidad de que las palabras Uccor y Ocur se refiriesen al mismo lugar, y el epigrafista excluye que Uccor sea una variante de Ocur.
José Antonio Correa Rodríguez, especialista en epigrafía y lenguas paleohispáncas, no cree, sin embargo, que VCCOR esté relacionado con Ubrique:
No creo que Vccor tenga nada que ver con Ocur ni por la forma en sí misma ni por el lugar del hallazgo, bastante distante. Si se trata en efecto de Vccor(itanus), debe corresponder a una ciudad llamada Vccor o Vccori. Aunque no es raro el cambio u (breve) > o (excepcional a la inversa), por la fecha de la inscripción no es esperable que se haya producido; tampoco cc > c. Por tanto se puede excluir con fundamento que Vccor sea una variante fonética de Ocur.
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