Familia Bohórquez Jiménez, alumnado y profesoras de Las Cumbres
y la alcaldesa de Ubrique, Isabel Gómez
Este es el resultado del trabajo de investigación que han realizado los alumnos y alumnas de latín de 4º ESO sobre el médico ubriqueño don Serafín Bohórquez Vecina:
BIOGRAFÍA DEL UBRIQUEÑO DON SERAFÍN BOHÓRQUEZ VECINA
Trabajo de investigación realizado por los alumnos y alumnas de 4º de
ESO del IES Las Cumbres de Ubrique en abril de 2016.
Serafín
Bohórquez Vecina nació en Ubrique el veintinueve de abril de 1887. Su padre fue Francisco Bohórquez
Clavijo, médico y su madre Elisa Vecina Rodríguez.
Los padres de
Francisco Bohórquez fueron Pedro José Evaristo Bohórquez Piñero-Romero, que
fuera alcalde de Ubrique, precisamente el alcalde que hizo construir el puente
de Barrida (el de la Vega), y era primo de Pedro Bohórquez “El Chico” y de
Jerónima Clavijo Carrasco.
Elisa, por su
parte, era hija de Serafín Vecina Poley, uno de botineros de Ubrique, y de
Beatriz Rodríguez Barea, hija de Buenaventura Rodríguez, que regentaba una
tienda en la Plaza.
Francisco y
Elisa tuvieron cinco hijos: Beatriz, Serafín, Pedro, Miguel y Francisco.
Serafín
Bohórquez hizo estudios de medicina como su padre. Comenzó sus estudios en
Cádiz y después continuó en Madrid junto a muchos de los doctres más
renombrados de su tiempo, fue alumno de Santiago Ramón y Cajal y compañero de
Gregorio Marañón.
Una vez
doctorado se retiró a Ubrique, su naturaleza modesta y su amor a su madre y a
su familia le impidieron establecerse en Madrid, donde hubiera llegado a ser una
de las eminencias médicas de España.
En Ubrique
montó un laboratorio modelo de los de su género, con microscopio, gran modelo
Zeis, espectroscopio, aparato de cortes, estufas, valioso botiquín y valiosa y
selecta biblioteca. Realizó investigaciones de todo tipo, distinguiéndose como
bacteriólogo notable y entendido, ayudando incluso a sus colegas médicos en sus
diagnósticos.
Las personas
que recuerdan a Serafín dicen que su laboratorio parecía muy misterioso, los
niños de la familia del médico describen el laboratorio de su tío Serafín como
estancias penumbrosas llenas de misterio en las que el pasado parecía haberse
estancado, los niños lo recuerdan… la luz de patio interior, con su pozo y su
palmera y hasta con un gimnasio de la época.
Estuvo muchos
años dedicado a sus estudios, hasta que, movido por los ruegos de todos, abrió
su consulta, distinguiéndose por su caridad con los pobres.
Tras su
muerte, aquel fantástico laboratorio fue adquirido por el farmaceutido Fermín
Fatou Bohórquez, que lo instaló en la calle Real.
Serafin era
persona de centrados sentimientos religiosos, pero por encima de todo era
filántropo, y atendía a quien lo necesitara sin mirar su condición social y en
casi todos los casos sin cobrar por su trabajo.
Algunos
recuerdan cómo fue capaz de curar a una niña de unas fiebres mortales, o a un
seminarista del convento que estuvo a punto de perder la vida.
Era una
persona muy educada, modestísimo y un gran humanista que conjugaba esa
condición con la de científico pulcro y riguroso. Su mayor afición era montar a
su bellísimo caballo blanco, de pura raza española, y cabalgar de la calle
Nueva hacia Las Cumbres, junt con dos perros pastores y, a veces, acompañado de
su mozo Miguel Montero a lomos de una yegua árabe.
Como buen
científico, era un hombre curioso al que le gustaba investigar e innovar.
También era realmente un precursor. Quiso comprobar si la pluviosidad en la
zona era tan abundante como se pensaba. En su propia huerta tenía un pluviómetro,
y enviaba a Cádiz los datos de la pluviosidad cotidianamente, pero además
compró un gran pluviómetro, que instaló junto a la carretera entre Ubrique y Benaocaz en la década de los
cuarenta, así podía también acceder a los datos de pluviosidad a una cota más
elevada.
Dicho
pluviómetro todavía se conserva en el mismo sitio, conocido como “la curva del
pluviómetro”, y es el lugar en el que muchos jóvenes se reúnen durante la
Subida Ubrique-Benaocaz, que este año se celebrará este fin de semana.
El papel de
Serafín Bohórquez en la gestación de la “Historia de la Villa de Ubrique” de
Fray Sebastián fue, al igual que el de Francisco García Parra, fundamental. Los
tres ubriqueños hicieron un gran trabajo de campo para la redacción de esta
obra.
Pasó el resto
de su vida viviendo en la casa paterna, en el número 20 de la calle del Perdón, junto a su madre y su hermana Beatriz,
vivían en un inmueble unido a otros dos con entrada por dicha calle del Perdón y
salida por la cuadra a la calle Nueva. Hoy, tanto la casa como la huerta se han
convertido en pisos, y solo se conserva la fachada de edificio donde tuvo su
domicilio Francisco Bohórquez Clavijo.
La calle
trasera, llamada calle Nueva, lleva el nombre de Serafín Bohórquez Vecina, y
aque se cambió su nombre original en la década de los cuarenta, en atención a
su labor humanitaria y desinteresada al pueblo de Ubrique.
El 25 de enero
de 1969 Serafín Bohórquez Vecina fallecía en Ubrique, en su casa natal, a la
edad de 81 años, y fue enterrado en el cementerio de San Bartolomé.
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES DE INFORMACIÓN
-Historia
de la Villa de Ubrique, por Fray Sebastián.
-ABC
de Sevilla
-Registro de Ubrique
-Registro de Ubrique
-Blog
“Historias del Mediodía”
-Blog
“Manuel Cabello y Esperanza Izquierdo”
-Wiki
“Calles de Ubrique”
-Comentarios
de Pedro Bohórquez
-Comentarios
de Miguel Coronel
-Comentarios de Antonio Bohórquez
-Comentarios de Antonio Bohórquez
-Datos biográficos proporcionados por Antonio Gutiérrez
-Datos
del censo proporcionados por Manuel Zaldívar
-Datos
de la Universidad proporcionados por Serafín Ruiz
Nuestro agradecimiento a todos.
Ubrique, 14 de abril de 2016
Alumnos y alumnas de latín de 4º
de ESO. IES Las Cumbres de Ubrique.
Ainhoa María Moreno, Diego
Alberto Carrasco, David Sánchez, Victoria Gómez, Victoria Sañudo, Arturo Arenas, Alessandro Velázquez, Youssef
Rakdani, Andrea Gómez, David Ramírez, María Prieto. Con Esperanza Cabello y Pilar Romero.
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