María Remedios Izquierdo en 1944
Por Esperanza Cabello
Hoy es once de diciembre. Hasta hace unos años este día comenzaba con una llamada de teléfono y un "Cumpleaños feliz" cantado con más ilusión que otra cosa.
Y, aunque el tiempo sigue pasando de forma increíble, no es una fecha que se nos olvide normalmente, más este año que nos hemos quedado mucho más solos.
María Remedios Izquierdo, la más pequeña de la familia, había nacido una fría mañana de diciembre de 1942 en Ubrique, la chiquitina traía un pan debajo del brazo, pues los negocios de sus padres iban viento en popa, y se mudaron, justo al nacer la niña, a la casa de la calle San Pedro. Se crió entre el cariño de todos y con muchas ganas de crecer y aprender.
Hizo estudios en Madrid pero pronto se vino a su Ubrique de su alma, cerquita de los suyos, por los que se desvivió siempre.
Después de una vida de altibajos, en la que a veces se le torció la suerte, llegó a su mejor etapa, con sus hijas, Lola y Natalia; sus nietas, Andrea, Violeta y Noelia; su querido Antonio y toda su familia que la arropaba.
Luchó con fuerzas cada día, y repartió alegría y cariño a raudales todos los días de su vida.
Por eso es alguien a quien no podemos olvidar, y nos gustaría muchísimo de nuevo poder coger el teléfono y cantar ese Cumpleaños feliz, seguro que ella prepararía una tarta, un bizcocho o unos rosquitos para la merienda.
¡Un beso, tita. Te queremos!
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