jueves, 23 de noviembre de 2017

Don Ramón Crossa Marín

Don Ramón Crossa Marín junto a don Luis Amor
Fotografía gentileza de su hijo Luis Crossa     



Por Esperanza Cabello  


Hace unos días nuestro amigo Luis Crossa publicó en las redes sociales una fotografía de su padre, el maestro don Ramón Crossa Marín, un maestro, junto a don Fernando Gavilán,  de referencia para todas las generaciones de ubriqueños de la posguerra.
Fue maestro de nuestro padre y de nuestro tío José María, y ha sido precisamente su comentario el que nos ha impulsado a hacer esta entrada, para que no se pierdan nunca esos recuerdos excepcionales.

Cuenta José María Cabello... 

Esta fotografía está hecha en el refectorio de los frailes, perfectamente identificable por el techo en bóveda y los zócalos azules. Posteriormente lo utilizó el Obispado de Málaga como Seminario de verano en los años 50. Y también se celebraban ocasionalmente en él, con el patio y anejos para acontecimientos como la boda de mi prima Julia o la cantamisa de Ángel Vilches

"Recuerdo con emoción una mañana de junio en Granada del año 1962. Estaba yo en el patio central esperando la entrega de mis calificaciones en la facultad de Derecho. De pronto, enmedio de la lógica algarabía estudiantil se dibuja por la puerta principal, acompañado de su hijo Jose Manuel, la señorial figura de don Ramón Crossa, mi inolvidable maestro de primaria en mi niñez. En su escuela, en Ubrique, compartí aula con sus dos hijos mayores Salvador y Luis coetáneos en edad con mi hermano y conmigo. De inmediato se me vino a mi recuerdo aquella vieja y destarlada escuela con su difícil acceso para los críos por el " Callejón del pescao" con su penetrante olor y el vocerío incesante de los pregoneros en la plaza de Abastos, sobre la que estaba construida la Escuela. 
Allí inició Don Ramon - con tan escasos medios-  su labor pedagógica en Ubrique. Yo recuerdo que cuando nos llamaba a leer o al encerado nos colocábamos cerca de las ventanas para respirar aire mas sano y otear - si había suerte- que circulase desde Las Cumbres algún camión o vehículo de los pocos que por entonces andaban por aquellas carreteras
.Pero siempre tenía sobre la mesa aquel joven maestro - además de la tradicional paleta, que jamas vi utilizar- uno o varios libros de estudio abiertos, que a los críos nos parecían de exagerado volumen. Ya de mayor, supe que eran de Química, su asignatura preferida, de la que siempre dio clases a los valientes de mi generación que se atrevieron a intentar estudios superiores pasando por la dura criba del Instituto de Jerez. 
De manera que nuestro encuentro en Granada causó en míprimero una alegre sorpresa y, de inmediato una gran admiración. Por su esfuerzo y su constancia. Teníamos  en aquella ocasión "los papeles" cambiados. Él, mi maestro, con un currículum docente ejemplar y familiar completo como alumno universitario y yo - su alumno- convertido en universitario veterano.  No en vano por aquellas fechas tenía conseguidas dos Licenciaturas en Salamanca y en Comillas. Y en Granada, en las fechas que coincidí con Don Ramón conseguí el titulo que me ha permitido ejercer tantos años de Abogado. Muchas y agradables conversaciones con don Ramón, ya titulado, y con José Manuel en sus años de Málaga. Por eso me parece de justicia el reconocimiento publico de su persona que le tiene Ubrique. Y gracias a Luis, mi veterano amigo y también maestro en arte, por llevar a este foro su figura que me ha traído tantos y tan emocionados recuerdos
Un abrazo".



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