POR PRUDENCIO CABEZAS
Artículo de opinión sobre el
libro “La salud del corazón, cuidados, síntomas y medidas preventivas”.
Escrito por el doctor Pedro Zarco
Gutiérrez, cardiólogo, hijo del doctor Pedro Zarco Bohórquez.
El notable
cardiólogo Pedro Zarco, unido a Ubrique por vínculos familiares y de amistad,
nos brinda una muestra más de su preocupación por divulgar sus conocimientos
sobre la principal causa de muerte de la humanidad. Se trata de un librito de
amena lectura en el mejor estilo reiterativo didáctico, de forma que sin tener
una preparación especial de medicina se entere el lector profano de cuanto le
interesa para prevenir la enfermedad o evitar su progresión. Todo ello
compatible con una rigurosa documentación que mientras nos informa nos estimula
por sorprendente, puede leerse en la página 33: “si los médicos y los hospitales
desaparecieran, pero la humanidad dejara de fumar, la población humana daría
un salto considerable, ya que descendería la mortalidad en un 40%". “Se
ha calculado que la vida se acorta en cinco minutos y medio por cada
cigarrillo”. Y en la página 56: “Hay 27 trabajos que demuestran que el
ejercicio físico reduce la incidencia de infarto de miocardio en un 45%”.
Finalmente y después
de una información exhaustiva sobre sintomatología de las diversas afecciones
cardiacas y últimos tratamientos c intervenciones quirúrgicas aborda en el epílogo
el candente problema de la aptitud del español para la ciencia. Superar esta
limitación constituye el núcleo principal de nuestro reto a la incorporación
europea. Sin superarlo difícilmente vamos a estar entre los grandes países
rectores: Alemania, Francia e Inglaterra. Para que la ciencia se desarrolle es
imprescindible que el científico cuente con una sociedad que le admire y
aliente.
Reseña con nostalgia que en el entierro de
Severo Ochoa en Luarca, el coche fúnebre llegó absolutamente solo. Ni el pueblo
ni nuestros gobernantes sabían nada de este Premio Nobel. Contrasta este
comportamiento con los grandes movimientos multitudinarios en torno a la vida
y muerte de nuestros folclóricos.
No obstante,
su visión no es pesimista: reconoce en el español uno de los pocos pueblos
europeos que ha abierto cauces a la historia y que a nuestros hombres de letras
no les han hecho sombras los más eminentes europeos. Posiblemente cambiemos
nuestro sino si somos capaces de invertir nuestra escala de valores y dejamos
en nuestra intimidad un pequeño lugar donde rindamos tributos de admiración a
estos profesionales abnegados del quehacer científico. Me viene o la memoria
un sucedido de los años apoteósicos de “el Cordobés”: Tomé un taxi y para
romper el silencio de la carrera comencé a hablar al taxista, hombre joven.
de nuestro torero; después de dejarme hablar me lanzó de sopetón: ¿cree usted
de más valor al torero que arriesga momentáneamente su vida y que al mismo
tiempo recibe la fama y el dinero o al investigador que recluso en su
laboratorio dedica su vida en el anonimato, a veces sin lograrlo, a arrancar un
secreto a la naturaleza? No salía de mi sorpresa cuando al final me aclaró “soy
estudiante de ingeniería y para costearme las clases nocturnas soy taxista de
día".
Prudencio Cabezas
Artículo publicado en "El periódico de Ubrique"
Nota: En este enlace podemos conocer un poco mejor a este ilustre cardiólogo.
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