Los abuelos de nuestro tío José María Cabello
Joaquina Orellana y Francisco Cabello
Por José María Cabello
Hoy nos marca el calendario una fecha de hondo contenido familiar. La
festividad de San Joaquín y Santa Ana, los padres de la Virgen María y
abuelos de Jesús de Nazaret. Felicitamos aquí a todos los que ostenten
tan populares nombres y a quienes celebren en esta fecha el día de su
nacimiento.
Pero también participamos de esa común alegría todos los que
ostentamos esa entrañable condición de abuela/o en este día. Es nuestra
fiesta. Todavía no oculta por ese desbordado consumismo que está
convirtiendo a otros miembros de la familia en motivo comercial. Pero
que luce, por fin unidos los dos nombres en una misma fecha, con toda la
esplendidez de su celebración religiosa.
Y nos sirve para una serena
reflexión sobre el sentido cristiano de la familia y el importante papel
que desempeñamos los abuelos y abuelas en la pirámide familiar. Joaquín y Ana
son dos nombres bíblicos, que significan en su origen hebreo: "preparador" y "gracia", significativos del papel a desempeñar por ellos
en la historia de la Salvación. Pertenecían a la estirpe del Rey David
y con el mismo nombre se repiten repetidas veces en los textos
bíblicos.
Ana es la madre de Samuel (libro de los Reyes 1,1) y la
profetisa que con Simeon recibe al Niño Jesús en su primera presentacion
al Templo (Lucas, 2,36). Pero no hay una referencia directa a ellos en
los textos evangélicos, por lo que debemos admitir su devoción a la
antiquísima tradición y alguna referencia los textos protocanonicos. Y
en especial a la común celebración en fechas distintas de las tres
confesiones cristianas, la ortodoxa griega - de la que trae origen desde
la declaración de la maternidad divina de María en Efeso el año 431- la
reformada anglicana y la católica.
Fue Santa Elena emperatriz la que
erigió la primera iglesia en Jerusalén con el título y en honor de
nuestros santos Joaquín y Ana. A ellos nos encomendamos, con la vieja y
breve oración "San Joaquín y Santa Ana corta enfermedad y poca cama".
Centrando mi felicitacion en mi cuadro familiar, la dedico a mi hermana
Ana María, a mi sobrina Ana y a mi amiga Ana Venegas. También a mi consuegro
Joaquín Ortuño y a mi sobrina Marítina.
Y un piadoso recuerdo a la
memoria de mi hermana y a mi prima hermana Joaquina, que recibieron hace
años el premio de su descanso eterno en el Cielo.
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