LAS TENERÍAS DE UBRIQUE
Ubrique se ha destacado a lo largo de la
historia por sus tenerías y la extraordinaria calidad de sus pieles curtidas.
La primera tenería documentada la encontramos en 1733, en el manuscrito de
Aragón Macías, era la “del pequeño de José Montero”. En 1752, en el Catastro de
Ensenada, encontramos la primera tenería regentada por una mujer ubriqueña:
“También hay dos curtidurías, la una propia de doña
María Viruez, que con oficiales las surte de su cuenta, y es la de mayor
ingreso, la cual le dejará de utilidad tres mil reales al año. La otra es de
Bartolomé Romero Asenzio, maestro curtidor, al cual le dejará de utilidad tres
reales diarios, y por su jornal se le consideran cuatro reales también diarios.
Hay tres oficiales de curtidor, que también son zurradores, nombrados Luis
Rubio, Pedro de Ortega y José Troyano, considerados por el jornal de tres
reales diarios cada uno al día".
En la historia de los
tenerarios conocidos destacan Sebastián Macías, Fernando
Venegas, Vicente Romero, Juan Suárez, José Nuñez, "El Zamorano",
Almeida y como empresas José Rubiales, Juan Flores, Miguel Romero, Manuel
Esquivel, José Corrales, Manuel Rojas, Ángel Janeiro y Juan Gutiérrez, entre
otros.
Con el paso de los tiempos, en el margen
izquierdo del río Ubrique llegó a haber
varias decenas de tenerías, en el mismo Rodezno había cinco. Precisamente una
de ellas fue la última tenería activa en Ubrique, hasta después de la Guerra
Civil, y los objetos que podemos observar pertenecen a ella: la tenería de don
Manuel Rojas, que donó todos sus utensilios al pequeño museo del Colegio Reina
Sofía a principios de los ochenta.
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