Detalle ofrecido por Vicente Romero a sus clientes en su carnicería
Por Esperanza Cabello
Hace mucho tiempo era muy habitual hacer publicidad de los negocios con pequeños objetos de uso cotidiano para agradecer su fidelidad a los clientes y además recordarles que iban a estar ahí siempre para todos ellos.
Ceniceros, bolígrafos, llaveros, bolsitas, cajitas de manicura, metros, cortadores, hasta navajas... son innumerables los objetos que se repartían entre la clientela.
Nosotros guardamos con cariño y con curiosidad algunos de ellos, y hoy ha llegado a nuestras manos este costurerito ofrecido por Vicente Romero (padre) cuando tenía la carnicería en el edificio de nuestros abuelos a nuestra tía Isabelita.
Hilos, agujas, un botón, un ensartador y un imperdible💜 Lo básico para un momento de apuro y que sus clientas no se vieran desaviadas.
Y, para siempre, el recuerdo de unos vecinos que, más que comerciantes, son casi familia.
Gracias a toda la familia del Autoservicio La Plaza por seguir "atendiéndonos" (como dice en la tapa) con tanto cariño desde el primer día.
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