Los Alcornocales con Gibraltar y Marruecos al fondo
¡Impresionantes!
Por Esperanza Cabello
Desde siempre ir a Los Alcornocales cuando comienza el otoño es una de las actividades más maravillosas que se puedan realizar. Darse un baño de bosque y naturaleza, a la manera japonesa, es la mejor manera de recargarse de buena energía y disfrutar de todo lo bueno que nuestro entorno nos ofrece.
En estos días, en los que no hemos publicado nada como muestra de respeto al fallecimiento del joven ubriqueño en la sierra hace ahora un mes, hemos tenido la ocasión de pasear por todos los lugares de nuestro alrededor que normalmente en octubre son una maravilla. Pero lo único que hemos ido encontrando ha sido sequía y secarrales.
Para la semana próxima se esperan las primeras lluvias (a ver si es verdad), pero mientras, el sábado pasado fuimos a dar un paseo por la zona del Berrueco buscando el fresco y el verde. Nada de eso encontramos, en su lugar, "la seca" ha seguido haciendo estragos y hay una gran cantidad de árboles afectados.
No sabemos cómo terminará todo esto ni qué mundo dejaremos a nuestros bisnietos, pero así, como estamos, no podemos seguir. Imagino que, como en cada gran viaje, hay que comenzar por el primer pasito, que para nosotros es, además de hacer todo lo posible por preservar nuestros tesoros, concienciarnos de que todo debe cambiar para que nada cambie.
Así, en la primera entrada del mes de octubre, dedicada a la memoria de Julio Benítez Fatou y su amor por la naturaleza, queremos llamar la atención sobre el estado de muchos de los magníficos árboles que nos dan vida y aire y agua y todo en nuestro pequeño paraíso.
Esperemos que las ansiadas lluvias lleguen pronto, que el estrés hídrico al que todos estamos sometidos termine, que encuentren una mejor forma de proteger nuestro bosque y que todos, todos, pongamos nuestro pequeño granito de arena para que no continúe este destrozo en nuestro hábitat.
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