Francisco Cabello y su hija María Remedios
Sevilla, 1953
Por Esperanza Cabello
Desde que empezamos con el trabajo en el blog hemos ido dándonos cuenta de que las cosas más insignificantes se pueden convertir en objetos o imágenes muy valiosos. De pronto nos fijamos en que tal o cual sitio era de una manera determinada, en que las personas han ido dejando una determinada huella que nos hace a todos muy especiales y diferentes.
Hoy ha llegado a nuestras manos una fotografía muy entrañable: Nuestro abuelo Paco con nuestra madrina y un chaval que no hemos podido identificar aún en una barquita en el parque de María Luisa en Sevilla en los años cincuenta.
Nuestros recuerdos de abuelo Paco son muy especiales... a pesar de que a veces hemos oido que era un hombre de mucho carácter y un poco seco, con nosotros era realmente muy cariñoso. Siempre fue una persona atenta y educada, recordamos cómo oia tangos de Gardel en un viejo tocadiscos "El día que me quieras..." y tarareaba las melodías.
Con su hija María Remedios (como toda la familia, por otra parte) tenía una debilidad especial, no en vano era su niña chica, y nos ha encantado ver esta fotografía, testigo de unos momentos muy entrañables.
María Remedios Cabello
Sevilla, Parque de María Luisa, 1953
Lo más curioso es que nosotros teníamos ya esta otra foto, en ella está nuestra tía en la Plaza de América, del mismo parque de María Luisa y de la misma época. Es increíble que casi cincuenta y ocho años más tarde las dos fotografías, que se conservaban en dos ambientes muy alejados, hayan coincidido en las mismas manos. Nos ha encantado esta gran casualidad, y nos ha encantado poder ver estas dos fotografías juntas.
En el mismo lugar que esta segunda foto encontramos también otra fotografía aún más antigua, del año 1937. Son nuestros abuelos Julia y Francisco, también en la Plaza de América, con sus dos hijos varones: Nuestro padre y nuestro tío José María.
Julia Janeiro, Francisco Cabello y sus Hijos
Manuel y José María Cabello Janeiro
Sevilla, 1937
Nos parece estupendo que existiera la costumbre de hacerse fotografiar con las palomas, porque nos ha permitido echar la vista atrás por un minuto y recordar a nuestra familia gracias a estas antiguas fotografías familiares.
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