Jarrillo esmaltado "de lata"
Para llevar el pisto a los petaqueros
Por Esperanza Cabello
En nuestro pueblo es un gran piropo que te digan eso. El jarrillo de lata era un utensilio inherente a los petaqueros y a las petaquerías en aquella época en la que los petaqueros y petaqueras trabajaban de sol a sol. No tenían descanso ni para ir a desayunar ni para ir a merendar.
Entraban en las petaquerías a las siete de la mañana y no salían de allí hasta las dos de la tarde, una hora justa para ir a comer, que a las tres volvían a entrar hasta las ocho o las nueve. Y cuando había bulla hasta la hora que hiciera falta.
Por eso el jarrillo de lata era imprescindible, en ellos se mandaba el desayuno y el "pisto" (la merienda) a los petaqueros. Recordamos cómo algunas niñas salían de la escuela un momento para ir a llevar el desayuno o el pisto a sus padres a las petaquerías. A las diez de la mañana y a las cinco de la tarde había un trasiego por todas las calles para ir a darles algo calentito a los trabajadores.
Y la aparición del jarrillo de lata fue fundamental, antes era más difícil, el café se enfriaba en los vasos y era muy poco práctico mandar otros utensilios más grandes, así que el jarrillo con su tapadera, tan "apañao" fue toda una revolución.
Así que cuando hagas algo bien e ingeniosamente, siempre será bueno que un ubriqueño te diga:
"Eres más apañá que un jarrillo lata"
Postal de Todo Colección
Petaqueros y petaqueras de la fábrica
de Juan Villalobos Luque, cuyo agente era Emilio Santamaría. Ubrique, años 20.
Los primeros petaqueros y petaqueras, como los de estas fotos de la fábrica de Juan Villalobos Luque, cuyo agente era Emilio Santamaría, pasaban muchas horas en las petaquerías y había que llevarles el pisto.
Postal de Todo Colección
Costureras de la fábrica
de Juan Villalobos Luque,
cuyo agente era Emilio Santamaría. Ubrique, años 20.
cuyo agente era Emilio Santamaría. Ubrique, años 20.
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