Cuatro jovencitas ubriqueñas cosiendo petacas en la calle Rojas
Ubrique, 1955
Por Esperanza Cabello
Al comenzar este año tuvimos una grata sorpresa: un amigo nos ayudó a encontrar, por fin, el reportaje de Ubrique en 1955 que se proyectó en el cine María Cristina y que el NODO distribuyó por todos los cines de España.
Ya nos habían dicho que existía esta película, e incluso uno de los hijos de las protagonistas nos había asegurado que la habían visto, pero fue muy laborioso encontrarla. Al fin pudimos publicarla el nueve de enero (en este enlace) y tuvimos mucha ayuda en el grupo de Facebook "Ubrique en el recuerdo" para localizar a algunos de los protagonistas de esta película.
Al final Alfonso Naranjo y Susana Domínguez, hijo y nieta de las hermanas Carmen y Paca León nos confirmaron la identidad de las cuatro costureras de la fotografía (en este enlace de facebook).
Carmen León y Antonia Calvo cosiendo en la puerta de la petaquería de Canto
Se trata de Paca León, Carmen León, Antonia Calvo (que vivía en la avenida, encima de la tintorería de Sebastián Macías) e Isabelita "La Carnavala", que se fue a vivir a Sevilla.
Eran cuatro muchachitas en 1955 que cosían al plus petacas, carteras y monederos. Dedicadas, como otras muchachas ubriqueñas, a engrandecer nuestra artesanía.
Una vez localizadas las dos artesanas, cuando Susana, la nieta de Carmen, nos dio sus nombres, Maribel Lobato, una de las responsables del Museo de la Piel, puso en marcha otra de las iniciativas que han coronado en este homenaje: las propuso para que el pueblo les ofreciera su reconocimiento a su trabajo de toda una vida.
Y el pasado viernes fueron homenajeadas junto a otros grandes ubriqueños que han trabajado toda la vida en nuestra artesanía, Luis Vilches, Juan Zapata y Diego Ríos. (En este enlace pueden verlo).
La nieta de Carmen, Susana Domínguez Naranjo, pronunció un bonito discurso de agradecimiento por el homenaje y de elogio a su abuela y a su tía abuela que reproducimos a continuación.
Carmen y Paca León reciben su reconocimiento de manos del alcade, Manuel Toro.
Fotografía gentileza de Paco Solano, Museo de la Piel, Ubrique
Fotografía gentileza de Paco Solano, Museo de la Piel, Ubrique
Hoy estamos aquí para rendir homenaje a estas
personas que han sido tan importantes en Ubrique, por su labor desarrollada
durante años en nuestra industria artesana que
ha hecho que Ubrique sea conocido en el mundo como La Cuna de la Piel.
Pero ninguna de estas personas, ni ninguno de
nosotros, estaríamos hoy aquí, de no haber sido por esas mujeres luchadoras que
nos trajeron al mundo, y que especialmente aquí en Ubrique, además de madres,
esposas y amas de casa, han sido en su mayoría sacrificadas y arduas
trabajadoras, y es que la mujer Ubriqueña, ha supuesto un auténtico baluarte de
la construcción de la industria marroquinera en Ubrique.
Mujeres
petaqueras, que abandonaron de forma prematura su juventud y en muchos casos su
niñez, para ponerse a trabajar, intentando ganar unas cuantas perras gordas que
llevar a sus casas.
Mujeres petaqueras que también eran madres, que en un inusitado esfuerzo conseguían criar
los hijos y mantener la casa con la escasez de medios que había.
Aunque hoy en día nos pueda parecer algo
descabellado, me imagino a mi abuela bajando con la panera desde El Caldereto
al Algarrobal para lavar la ropa, mientras alguna vecina le echaba un ojo a los
niños, volver a subir destrozada, ponerse con la comida y la casa para que
cuando mi abuelo llegase, poder seguir con las faenas, acostar a los niños y sacar la tarea por cuenta hasta
la hora que cogiera, que bien podían ser las tres, las cuatro o las cinco de la
mañana, todo esto alumbrada únicamente con un candil, gracias al cual, por la
mañana amanecía con la nariz negra de hollín. Y es que al Caldereto, aún no
llegaba la luz, ni el agua, pero eso no amedrentaba sus ganas y su necesidad de
trabajar.
Pero
nuestras mujeres no solo trabajaban en sus casas, también lo hacían en los
boliches y fábricas repartidas por todo el pueblo, formando parte de las
grandes familias que se organizaban dentro de ellas, y en los que la
solidaridad de unos con otros, contribuía a hacer más llevaderas las penurias
própias de la época.
Donde con una ínfima parte de la maquinaría con
que contamos hoy en día, los hombres y mujeres realizaban completamente a mano,
los artículos que hicieron famoso a Ubrique en el mundo.
Nada de troqueladoras, solo chavetas y
chavetines. Ahormando pureras sin más ayuda que un taco de madera, un poco de
agua un palillo y una patacabra, donde estas pureras eran secadas
posteriormente en un tendedero de madera, junto con los precisos.
Y es hasta una de estas fábricas, la de los
Hermanos Canto Moreno, donde nos transporta la foto que ha desencadenado el
hecho que hoy nos ha traído hasta aquí.
Y es que dos de las mujeres, entonces niñas de
apenas 16 y 17 años, que con sus bojes se sentaban a coser a la puerta de dicha
fábrica, en el Callejón de Rojas, no podían imaginar entonces, en el año 1955,
que aquella cámara del NODO que se les acercó cierto día a grabarlas mientras
trabajaban, iba a hacer de la suya, una de las imágenes propulsoras del
reconocimiento y la difusión a la maravillosa labor que se desarrolla en
nuestro pueblo, y que a lo largo de los años, iban a ser vistas por miles de
personas en todo el mundo.
Este fotograma, ahora convertido en foto, ha sido
considerado como una de las imágenes representativas de la marroquinería de
Ubrique, y, habló por mí, pero estoy segura que toda mi familia ha sentido lo
mismo, supone un verdadero orgullo, cada vez que veo esta foto colocada en
algún edificio significativo de nuestro pueblo, poder decir:
- Mira, mira, ¿ves esas dos mujeres de la foto?
Pues son mi abuela y mi tía Paca.
Dos mujeres de pro, luchadoras y trabajadoras,
que hoy, además de ser las mujeres que cosían en la foto, son madres, abuelas e
incluso bisabuelas, que siempre, siempre, tienen una sonrisa, un enorme abrazo,
y una buena sopita lista para recibir a los suyos.
Pero aunque este homenaje lleva sus nombres, no
deja de ser también un recuerdo para todas las mujeres Ubriqueñas, que con su
enorme esfuerzo, dedicación y sacrificio, han contribuido a hacer de Ubrique el
pueblo que es, haciendo una mención especial a Candelaria Chacón Quero, más
conocida como "Candelaria la zapatera" que fue madrina de bautismo de
mi abuela Carmen.
Por último, y ya que hablamos de mujeres
trabajadoras y que han hecho mucho por el pueblo, queremos también rendir
nuestro homenaje a Maribel, por ser como es, por la incansable y constante
labor que con tanto amor realiza cada día por nuestro pueblo, y darle las
gracias por haber propuesto a nuestras madres y abuelas como homenajeadas,
brindándonos a todos la posibilidad de disfrutar de este rato entrañable.
Puede que sea un atrevimiento, pero creo que no
me equivoco si manifiesto que tanto los homenajeados, como los demás aquí
presentes, comparten con nosotros el deseo y la idea de proponerla para una
mención el año que viene.
Y bueno, ya no debería enrollarme más, así que
iré acabando, pero no sin antes darle las gracias también a Esperanza Cabello,
otra gran Ubriqueña, ya que gracias a la publicación de la foto de "Las
Costureras del Callejón de Rojas" en el grupo de Facebook "Ubrique en
el recuerdo", hizo posible que pudieran identificar en ella a mi tía y mi
abuela.
Y por supuesto dar las gracias también al
colectivo que en su reunión anual, ha hecho posible que hoy, a través de mi
abuela, Carmen, y mi tía abuela Paca, aunque todos la llamamos Tita Paca,
podamos rendir homenaje a tantas y tantas mujeres Ubriqueñas, que tanto lo
merecen, porque estoy segura de que todos y cada uno de los aquí presentes, en
este mismo momento, mentalmente está rindiendo su homenaje a esa o esas mujeres
especiales, que forman o han formado parte de sus vidas.
Queremos agradecer a Paco Solano y a Luis Eduardo Rubio que nos hayan proporcionado estas fotografías para ilustrar la entrada, y a Susana que nos haya enviado el texto de su discurso, merecía la pena conservarlo.
Y, por supuesto, felicitar a Carmen y a Paca, se han convertido en la imagen de tantas ubriqueñas que han trabajado nuestra artesanía, siendo un referente de nuestras costureras.
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