Por Manuel Cabello Janeiro (en 1975)
Nada mejor
para dar comienzo a este trabajo, circunstancialmente demorado en tres
ocasiones, que comenzar con el principio de la última vez que intentamos dar
por finalizados nuestros estudios sobre la colosal talla del Cristo
benocaceño.
Corría
el mes de septiembre de 1974. No hace aún un año. Como siempre la ilusión
puesta en un trabajo que creímos terminado. ¡Pero no!
Decíamos entonces:
Decíamos entonces:
“Es tremendamente
difícil comenzar un trabajo que de por fuerza ha de tener un final y esta es
la hora, 1 de septiembre de 1974 que no podemos dar por finalizado. Como
siempre, lo que mucho vale mucho cuesta. Y seguíamos…
Febrero,
1972.- Circunstancialmente, nuestro Grupo 208 había iniciado una excursión a
Benaocaz, bellísimo pueblo de la Serranía
Gaditana. A escasos kilómetros de Ubrique, siete por
carretera y cuatro por vereda o trocha, se asienta en la sierra del Cao.
Pueblo de gran raigambre histórica, (se le conoce como fundación del “hijo de
Ocaz”, reyezuelo árabe, en la época de nuestra Reconquista), hoy reposa
tranquilo junto a las moles gigantescas de sus montañas, en espera de un
porvenir mejor.
Sus aproximadamente
quinientos habitantes son gente de lo más amable y agradable que
pudiera imaginarse. No podemos destacar a ninguno, porque desde su alcalde don Marcos Orellana Puerto hasta el
último benocaceño, todos se han volcado en atendernos cuantas veces hemos tenido que subir para el estudio de la
talla.
Sus
escuelas, pertenecen, o mejor dicho, están administradas por la dirección del
Colegio Nacional de Ubrique.
Por
su clima de alta montaña Benaocaz goza en el verano de una temperatura envidiable, pero
en la fecha en que realizamos nuestra primera excursión hacía un frío
espantoso que recordamos perfectamente.
El
motivo principal para realizar aquella primera visita, en febrero de 1972,
estaba relacionado con el problema que se le presentaba al pueblo benaocaceño
tras la declaración en ruinas de su primer templo parroquial. Graves fisuras
habían aparecido en la techumbre de su fábrica, amenazando inminente ruina y
desprendimientos. Los buenos benocaceños, conscientes de su deber, habían
decidido cerrar su primer templo parroquial llevándose todas sus imágenes, enseres,
ornamentos, etc. a casas particulares, al Club Juvenil y a la ermita
de San Blas.
Poco
tiempo después, a principios de marzo, la nave lateral se resquebrajaba,
terminándose por hundir su techumbre. A Dios gracias los benocaceños habían
salvado a tiempo todo su tesoro parroquial.
La
curiosidad y el espíritu de estudio del Grupo 208 nos hizo ir en aquellos
meses con relativa frecuencia, porque entre todas las esculturas descolgadas
de su sitio. Había una que nos llamaba la atención: Se trataba de un Cristo
Crucificado de un magnífico acabado. De su historial, nada ni nadie, podía
darnos encarte.
Con
el fin de ir armonizando todos los detalles de estas memorias, conviene recordar algunos extremos relatados en diversos
“informes” que en sus días emitía el Grupo. De entre nuestros archivos sacamos
los siguientes:
Marzo, 1972… El Cristo de Benaocaz. Un
nuevo dato tenemos que añadir a este objetivo. Se trata de que los más viejos
del lugar lo llaman el “Cristo de la Escuela”. ¿Tendrá esto que ver con lo que
sospechamos sea la “escuela” de escultura, quizás la del escultor granadino Diego de Siloé? Si así lo fuera se confirmaría nuestra sospecha. Recordemos como en un posterior “informe” al descubrimiento de la talla,
haciendo alusión a la inscripción de la misma creímos se trataba de un
discípulo de Diego de Siloé, tesis
que se vendría abajo al confirmarse la fecha de ejecución de la escultura que es muy
posterior a la que creímos.
Estos datos no restan méritos a la imagen.
Estos datos no restan méritos a la imagen.
Abril, 1972… El Cristo de Benaocaz. Hoy
tenemos nuevos elementos de juicio e informamos sobre el tema. Hemos realizado
varias excursiones para contemplar algunas tallas de las descolgadas. Para ello
hemos pedido el correspondiente permiso a la autoridad, que nos ha sido
concedido, y que adjuntamos a la presente.
En su día se envió este permiso para constancia en el Programa y al momento presente carecemos de copia del mismo. No creemos que sea necesario adjuntarlo de nuevo, ya que se cumplió, como decimos, con este trámite.
En su día se envió este permiso para constancia en el Programa y al momento presente carecemos de copia del mismo. No creemos que sea necesario adjuntarlo de nuevo, ya que se cumplió, como decimos, con este trámite.
Algunas
del as imágenes han sido llevadas a la casa del zapatero del pueblo, don Sebastián Ramírez Benítez, con
domicilio en la Plaza Falange
Española y en una de las habitaciones de su casa han sido depositadas.
La
que más nos llama la atención es el Cristo, en madera, de línea muy bonita.
Las
fotos (que adjuntamos) lamentándolo mucho, no son muy buenas pero pueden dar
idea de la colosal talla.
Mirándola
y remirándola, ya que está apoyada en el suelo, don Manuel ha encontrado unas
letras, de estilo gótico, en las que se puede leer más o menos: ANTONIUS ASIENSO D L FECEIT ANNO 1..7.6 (parece ser 1766).
Como
veremos, más adelante haremos las aclaraciones oportunas a todos los fallos que
cometimos en nuestras primeras inspecciones.
Continuando
con lo que decíamos en aquel memorable informe (abril, 1972):"Como podrán
comprender, esta escritura no está muy clara, y escribiremos a Bellas Artes en
Sevilla para que nos lo aclaren. Tenemos la confianza de haber dado con una
pieza valiosa".
Efectivamente,
escribimos a Sevilla y en brevísimas fechas, en mayo de 1972 (justamente hace en estos tres años), nos visitaron don Salvador de Sancha Fernández, Director del Museo de
Artes y Costumbres Populares de Sevilla y don José Gregorio Moya Balgañón,
Inspector de los Servicios del Patrimonio Artístico Nacional, que era
entonces Conservador de Museo de Bellas Artes de Sevilla, a los dos
acompañamos todos los componentes del Grupo, girando nueva visita a Benaocaz.
Allí nos recibieron muy amablemente el párroco, don Jesús Bellido; el alcalde, don
Marcos Orellana; el secretario del ayuntamiento, don Joaquín Garzón y el Hermano
Mayor de la Cofradía,
don José Álvarez.
Su
primera impresión sobre la talla fue extraordinaria. Verdaderamente les había
gustado. Estuvieron allí toda la mañana tomando apuntes, fotos, datos, notas y
cuanto para su trabajo de investigación necesitaban…
Por
último se marcharon, y quedaron en darnos soluciones al problema.
Después,
estas soluciones tardarían más o menos tres años en llegar.
El
Grupo 208, mientras tanto, estaba de lleno trabajando en dos de los objetivos
que tenía como meta, “La valoración del Columbario” y la famosa “Cabeza deBronce”, aquella pieza que había aparecido de una forma casual, buscando “figuritas” para el Belén, y se había transformado en “un bronce pleno, de pátina
verde oliva, pieza de aplicación, en magnífico estado de conservación, aún no
publicada y que por su forma bien pudo servir de asidero para un oenochoe (una
especie de jarra), o bien para cualquier otro recipiente…”. Fue un objetivo que
alcanzó una Mención de Honor al final de la 7ª Campaña.
Pues
bien, este objetivo estuvo pendiente de sentencia nada más ni nada menos que
dos años y cuatro meses. Y es que, como ya decíamos en aquellas Memorias de agosto-septiembre de 1973, durante
todo el verano de 1972 estuvimos ocupados en la confección de las Memorias
sobre el Columbario, objetivo que después sería Trofeo de Oro de Misión Rescate.
No
es por tanto de extrañar que el trabajo con nuestro Cristo fuera cayendo un
poco en el “dejarlo para más adelante”.
Con
el curso 1973-1974, durante la octava Campaña de Misión Rescate, una serie de hechos se
suceden casi correlativamente.
1º. Con motivo
de nuestro viaje por el Levante español (premio anexo al Trofeo de Oro) en
tierras alicantinas tuvimos el gusto de conocer al entonces Director de los
Estudios de R.N.E. en Alicante, don
Julián Crespo Moreno, del cual guardamos los más gratísimos recuerdos. Por
necesidades de la Red,
este señor vino al Campo de Gibraltar como Director de la única emisora de R.N.E. existente en
nuestra provincia. En su deseo de ampliar el campo
de difusión de la misma, pidió al Ayuntamiento ubriqueño que se nombrara un Corresponsal local para atender esta zona de la Sierra Gaditana.
Y
por arte de “birlibirloque”, este nombramiento recayó en la persona de nuestro
Maestro-jefe, don Manuel Cabello Janeiro.
Así ha sido como nuestra provincia ha estado de lleno muy enterada de nuestras
quisicosas de Misión Rescate, pues desgraciadamente, y ya lo hicimos contar en
diversas ocasiones, las emisiones de nuestros programas apenas si llegan a
nosotros. Tanto han calado en nuestra provincia estos temas asiduamente
tocados por el corresponsal ubriqueño, que tenemos correspondencia de diversos
puntos animándonos, felicitándonos, etc. Y que incluiremos en nuestro
reportaje fotográfico
2º. Y para que
la cosa no quedara en menos, otro nombramiento recayó en la persona de
nuestro Maestro-jefe, con credencial del Ministerio de Educación y Ciencia, y
procedente de la Dirección General
de Bellas Artes, de la Sección
1ª del Patrimonio Artístico, como Consejero Local de Bellas Artes, tal y como
decíamos en un feliz comunicado remitido al Programa con fecha enero 1974. En él decimos: “Este
nombramiento, nacido al calor de Misión Rescate, es un galardón más que nos
honra, haciendo partícipe de él a cuantos han promovido esta actividad en la Escuela.”
En informes
remitidos al programa con fecha enero
1974, textualmente decíamos:
“ En principios centraremos nuestros trabajos en el Cristo de Benaocaz, del que tenemos las mejores referencias. Ya sabe el Programa que dicho objetivo se propuso en la VIª Campaña, pero varias causas lo han demorado. Creemos que ya está a punto. También conviene recordar aquí que en el programa debe haber constancia de un escrito de la Alcaldía de Benaocaz por el que se nos autorizaba a llevar a cabo estudios en sus límites municipales”.
“ En principios centraremos nuestros trabajos en el Cristo de Benaocaz, del que tenemos las mejores referencias. Ya sabe el Programa que dicho objetivo se propuso en la VIª Campaña, pero varias causas lo han demorado. Creemos que ya está a punto. También conviene recordar aquí que en el programa debe haber constancia de un escrito de la Alcaldía de Benaocaz por el que se nos autorizaba a llevar a cabo estudios en sus límites municipales”.
Continuando
con nuestro rastreo en nuestros archivos tenemos otro escritoa la vista, de mayo de 1974 en el que entresacamos lo
que sigue:
“ Hoy nos harán entrega de varios reportajes
fotográficos realizados en estos días pasados de vacaciones (puente de San José y Semana
Santa), en el que hemos aprovechado el traslado de la imagen del Cristo de
Benaocaz, desde donde estaba guardada, en casa del zapatero, hasta su recién
arreglada iglesia.
Nos explicaremos. En la VIª Campaña, habíamos declarado la existencia de un Cristo Crucificado en Benaocaz, en el que por cierto habíamos encontrado una inscripción en el sudario. Después de muchos meses intentando descifrar el significado de ella (estaba muy borrosa) hoy podemos garantizar la legitimidad de la misma, así como su verdadero sentido. Y todo por un hallazgo casual de un libro muy curioso que nos facilitó el Hermano Mayor de la Hermandad de Penitencia del mismo Cristo, don José Álvarez Franco.
El libro, forrado en pergamino, dice en su tapa: APUNTES SOBRE LAS IMÁGENES, RETABLEO, TERNOS Y PLATA DE LA SACRAMENTAL ERMITA. –OBJETOS PERTENECIENTES Y OTROS VARIOS. –COMPRENDE LOS AÑOS 1678 A 1914.
Nos explicaremos. En la VIª Campaña, habíamos declarado la existencia de un Cristo Crucificado en Benaocaz, en el que por cierto habíamos encontrado una inscripción en el sudario. Después de muchos meses intentando descifrar el significado de ella (estaba muy borrosa) hoy podemos garantizar la legitimidad de la misma, así como su verdadero sentido. Y todo por un hallazgo casual de un libro muy curioso que nos facilitó el Hermano Mayor de la Hermandad de Penitencia del mismo Cristo, don José Álvarez Franco.
El libro, forrado en pergamino, dice en su tapa: APUNTES SOBRE LAS IMÁGENES, RETABLEO, TERNOS Y PLATA DE LA SACRAMENTAL ERMITA. –OBJETOS PERTENECIENTES Y OTROS VARIOS. –COMPRENDE LOS AÑOS 1678 A 1914.
En dicho
libro, y en su página tres encontramos la solución al problema que teníamos
sobre la procedencia de la talla, adjuntamos fotocopia de la página mencionada. En nuestras Memorias, también enviamos fotocopia de la misma. Solo que
tenemos un problema sobre si es Antonio o José, puesto que en la inscripción
textualmente dice: ANTONIUS ACIENSO DE LA SERDA ME FECIT ANNO 1761 IN HAC VILLA DE
BENAOCAZ, y en el dicho manuscrito aparece el nombre de José, y no obstante
renglón más abajo, aparece el nombre de Antonio. La palabra “Acienso” (legible
perfectamente en la inscripción, parece ser se trata de un patronímico, no
reflejado en el libro. ¿Será Asensio?)
Siguiendo con
nuestros archivos, casi nos interesa transcribir lo que en agosto 1974 escribíamos. Decíamos así:
“¡Que no!
¡Que no puede ser! Con cuántas ilusiones hemos caminado, en esta casi finalizada
Campaña (la VIIIª),
para al final no poder encontrar el certificado de la autenticidad y carácter
de inédito de cuanto se refiera al CRISTO DE BENAOCAZ.
Por anteriores
informaciones ya habrán visto cuánto de interés hay relacionado con la imagen.
Pero las cosas se van complicando. Hemos tenido que realizar varios viajes a
Sevilla, siempre con el mismo tema, y tras arduas deliberaciones y consultas,
tanto el escultor, Acienso de la
Serda, como la propia imagen, de una calidad sin precedente,
son totalmente desconocidos. Se sospecha que el autor no sea de la Escuela sevillana, pues en
este caso habría conocimiento de Bellas Artes, y no los hay, sino que
pertenezca a cualquier otra escuela, la escuela castellana, por ejemplo, incluso hay quien sospecha que sea de
algún indiano desconocido.
Lo cierto y lo
fijo es que causa admiración nuestra talla, de una exquisitez extraordinaria, a todos cuantos la han visto en Sevilla y que están íntimamente
relacionados con Bellas Artes, pero que no acaban de dar en el clavo. No
obstante don Manuel fue a visitar a don
Salvador de Sancha, y por mediación de él se tienen contactos con Madrid y
Valladolid, para ver las soluciones a este enigma…”
Un poco más
adelante, de esta misma información al programa decíamos:
“A manera de
anecdotario, conviene destacar en esta información que el pasado octubre 1973 y en la entrega de los
Trofeos de la anterior Campaña (al Grupo 208 le correspondía una Mención de Honor
por sus trabajos sobre la cabeza de dragón), asistió como representante de
Bellas Artes en Madrid, el Inspector Nacional del Patrimonio Artístico, señor Moya Balgañón (en la actualidad
Conservador del Museo del Prado) y entre los comentarios que hizo a don Manuel
(que fue el solo el que acudió a Madrid, por tratarse de Trofeo de Honor) está
el que consideraba al Cristo de Benaocaz como pieza única y de una calidad
superior a los objetivos presentados en la pasada Campaña (no hay que olvidar
que el Señor Moya Balgañón realizó
un concienzudo estudio en Benaocaz, cuando le fue interesada su presencia por
el Grupo en mayo de 1972).
¡Imagínense ustedes
qué maravilla sería el haber encontrado algo verdaderamente excepcional…”
En este mismo
“informe”, continuamos hablando sobre la autenticidad del autor, fecha de
ejecución y lugar de creación, que por reiterativo en estas Memorias no
transcribimos, pero sí uno de sus últimos capítulos en el que señalamos: “…
Benaocaz es un pequeño pueblo. Unos 500 vecinos. Pues bien, en su callejero hay
una calle con un nombre muy bien puede tener relación con el Cristo. Se llama
Ascencio Gil. Nadie sabe quién pudo ser este señor, pues su nomenclátor es muy
antiguo. ¿Tendrá esto que ver con el autor del Cristo?”
Y como última
parte del sondeo en nuestros archivos, transcribiremos, por su interés para las memorias una parte del escrito enviado con fecha octubre
1974.
Decíamos así:
Decíamos así:
“… Ya nos
temíamos, y así lo hacíamos constar en las Memorias que tenemos escritas de la
pasada temporada, que el Cristo de Benaocaz presentaría las dificultades
propias del dictamen de los técnicos. Y… ¡Benditas dificultades!, porque estos
tropiezos darán más valor aún más nuestros trabajos… si es que somos capaces de darles
fin".
Nos explicaremos:
Nos explicaremos:
Finalizado el
mes de julio, en el que nuestro maestro-jefe estuvo ausente por unos
cursillos de la 2ª Etapa de E.G.B., todo el mes de agosto lo dedicamos al
montaje de las Memorias, redacción de las mismas, aportación de documentos y cuanto de interés para las mismas era necesario.
Por otro lado,
aprovechando los días de asueto veraniegos el Grupo se desplazó a Sevilla
para entrevistarse con el Director del Museo de Artes y Costumbres Populares, don
Salvador de Sancha. A él le llevamos, como así también al Conservador del Museo
de Bellas Artes sevillano, una serie fotográfica del Cristo y un pequeño
historial de los trabajos llevados a cabo por el Grupo 208 durante los dos
largos años que llevábamos estudiando esta talla.
Las primeras
noticias no fueron nada esperanzadoras: Se insistía una y otra vez en que el Cristo
era una maravilla, que era inédito, pero, y he aquí lo sorprendente, su autor,
localizado por nosotros en la inscripción del sudario y en el manuscrito del
pasado siglo, es totalmente desconocido en los catálogo estudiados.
A pesar de
esta contrariedad nos pusimos, como hemos dicho, a intentar redactar aquellas
memorias con la misma frase que al principio de este trabajo, decimos:
Tremendamente difícil es comenzar un trabajo, que de por fuerza ha de tener un
final, y esta es la hora, 1 de
septiembre de 1974, que no podemos dar por terminado.
Desde nuestra
visita a Sevilla en el mes de agosto no paramos de intentar que se emitiera
el certificado técnico (porque siempre hubo un “pero”), pero la idea de que nos
encontramos ante un autor desconocido o nuevo se fue acentuando más y más,
hasta que por fin desistimos de remitir o presentar nuestras memorias hasta
mejor ocasión.
Por un lado
los organismos competentes de Bellas Artes remitieron a Valladolid el
historial de la imagen y desde allí, confirmaban que el autor, a pesar de la
belleza de la imagen, seguía siendo desconocido. ¡Más interés para el trabajo!
Nuestro
Maestro-jefe hubo de trasladarse a Madrid por asuntos profesionales el
pasado día 3 de octubre, casi finalizada ya la VIIIª Campaña, y aprovechó esta coyuntura para
personalmente visitar al Jefe Nacional de los Servicios de Información del
Patrimonio Artístico Nacional e Inspector Nacional de Bellas Artes, don José Gabriel
Moya, pero esta entrevista no pudo tener lugar, aunque sí lo recibió su
auxiliar, informándole de los conceptos ya conocidos: belleza, patetismo,
valor y desconocimiento total de su autor.
Como es lógico
de suponer, surgieron nuevas hipótesis, como la que trataba a su autor ANTONIUS
ACIENSUS DE LA SERDA
(mediados del XVIII) como extranjero, pero quedaba bien sentado que no se
trataba de un autor ocasional, ya que la obra es perfecta y tuvo que haber
hecho muchas más. Interesante noticia. No solo el Grupo 208, descubre una buena
talla, sino que además, si la cosa sigue así, nos hemos encontrado con un
artista no catalogado.
Y hasta aquí
nuestro resumen sobre la labor realizada durante estos tres largos años.
Anecdotarios
en este largo tiempo ha habido muchos y variados. Ahora recurriremos a “nuestro archivo
memorístico”.
Cuando el
obispo de Jerez de la Frontera, Monseñor
Bellido Caro, vino a Benaocaz a la inauguración de la Parroquia en la Semana Santa del 74, el párroco de Benaocaz le presentó a los miembros del grupo y el obispo les felicitó con unas cordialísimas
palabras. Esto a nosotros nos llena de orgullo y satisfacción, máxime cuando
en la homilía que dirigió al pueblo benocaceño se refirió a los trabajos del
Grupo en pro de conocer la autenticidad del Cristo que ocupa el altar mayor.
A través de
nuestro álbum fotográfico (en el que esta vez hemos cambiado su tradicional
formato, con una decoración sobre la “Rendición de Breda”) iremos describiendo
esta colosal talla, que al presente ocupa un lugar preeminente de la imaginería
española, y que, conocida desde siempre por los buenos benocaceños, hoy día tiene lugar de
honor en el Patrimonio Artístico Nacional.
Ubrique, mayo
de 1975
Manuel Cabello
Janeiro
Nota a
posteriori: Aunque aún no disponemos del certificado, hemos tenido conocimiento
de una familia de imagineros de Cieza (Murcia): los Asensio de la Cerda. Pedro
Asensio de la Cerda nació en Cieza en 1703 y se trasladó a Málaga con su
hermano Antonio alrededor de 1725. En Málaga se asentaron Pedro y su hijo
Vicente, siguiendo la escuela de Pedro Mena.
Antonio, por
su parte, hizo tallas en varias provincias andaluzas, desde Granada hasta Cádiz,
de él se conocen, además de la fantástica talla del Cristo de Benaocaz, las
siguientes:
Virgen de los
Reyes de Granada, la Virgen de los Dolores de San Juan de Málaga Dolorosa de Fe
y Consuelo de Monte Calvario de Málaga, la Virgen de los Dolores de la
Parroquia de Santa María de la Encarnación de Sedella (Málaga), el Niño Jesús
Crucificado de la parroquia de Santa Cecilia de Ronda, el Niño Jesús de la
Espina, del convento de la Caridad de Ronda, el Crucificado del convento de las
Madres Franciscanas del Patrocinio de María, de Ronda; San Juan Evangelista y
San Juan Nepomuceno, del Santuario de Nuestra Señora de los Remedios, de Olvera.
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