Por Manuel Cabello Janeiro
¡Magnífica
perspectiva se nos presentaba aquel sábado, 5 de marzo, cuando el padre de
Joaquín Pacheco García llamaba a don Manuel para informarle de un tema de
indudable interés para el grupo 208…!
Porque
aburridos estábamos. Desde que el Grupo había vuelto de Madrid, en el mes de
noviembre del pasado año, 1.976, no había parado de llover… y nosotros
queríamos “campo”.
Un
sábado y otro sábado, y un domingo y otro domingo, y… nada, que no podíamos
acometer el estudio, de lo que tanto nos había hablado nuestro profesor.
Hasta
que aquella inolvidable mañana, una llamada telefónica nos pondría en contacto
con una maravillosa aventura. El descubrimiento de una ciudad romana, que desde
ahora bautizamos con el nombre de:
CIUDAD ROMANA DE TAVIZNA
Pero
este descubrimiento no viene de ahora. Fue allá en 1968, cuando el Grupo
presentó 41 posibles objetivos a estudiar; en aquellos entonces, a este
objetivo le llamábamos “tumbas de la
Zarza”, por ser este nombre el de una venta de camino que
existe muy cerca del yacimiento.
Durante
el verano de 1968 en varias ocasiones fuimos allá. Unos diez kilómetros de
Ubrique. Incluso al profesor De Sancha, lo invitamos a uno de nuestros
innumerables paseos, siendo él mismo quién declaró que unas tumbas encontradas
en la roca de determinadas características, pertenecían a tumbas de niños. Lo
recordamos estupendamente.
Desde
entonces, hemos rastreado y “requeterrastreado” el lugar, en una zona
aproximada de 1
kilómetro cuadrado, en su mayoría plano, con ligeras
ondulaciones, y que intentaremos describir en estas Memorias y en el reportaje
que hacemos de fotos y planos-dibujos, que acompañamos. Para ello comenzaremos
con nuestras descripciones geográficas.
GEOGRAFÍA DE LA ZONA:
Partiendo
de la carretera 3331, a
la altura de Las Cumbres, término municipal de Ubrique, y desde el hito
kilométrico 22, tomaríamos la C.L.524,
conocida por la de EL BOSQUE. Continuando por ella, a la altura del km. 8 y a
unos diez kilómetros de Ubrique, una vez pasado el río de Tavizna, llegaríamos
a unos grandes llanos, bordeados por pequeñas elevaciones de terrenos, que se
conocen con el nombre de llanos de la
Zarza, o de la Parrilla.
Frente por frente a la Venta de la Zarza, y por la vereda que conduce al rancho del
Molino y a los pagos de Tavizna, (es un camino de herradura) sobre un pequeño
promontorio de terreno, y dominando a pesar de su pequeñez una vasta extensión
de terreno, se encuentra el primer yacimiento que describiremos y que
denominamos TUMBAS DE NIÑO.
Siguiendo
un poco más en nuestro camino, y en la misma dirección adentrándonos cada vez
más en el monte (espeso de arbolado, carrascos y lentiscos), aparecen, de
informal manera, rocas, calizas de tipo pudingas, que de vez en vez parecen
como si hubieran sido cortadas, en bloques prismáticos o cilíndricos. Esta
zona, no está totalmente recorrida porque son centenares de metros en lugares
abruptos y de mal andancia. No obstante toda ella presenta un denominador
común: El haber sido en su día una importante CANTERA, y como tal la estudiaremos.
Bordeando todo
el cerro Mateo, sin llegar a la cortijada y a una media altura del mismo, hemos
localizado, entre la vegetación más exuberante y en una zona sensiblemente
llana, una basa de gran valor, con dos toros, y como a unos cincuenta metros de
ella, una roca cilíndrica, hundida en tierra, como de un metro (por deducción)
de diámetro, que bien puede ser un tambor de fuste, o una piedra de molino,
(más bien nos inclinamos por esto último), y que desde luego corresponden a
época muy primitiva. A esta zona la describimos con el denominador genérico de COLUMNAS Y PIEDRAS DE MOLINO.
Desde
esta semi-meseta recorrida, descenderemos nuevamente hacia la C.L.524, a la altura del
puente Marrocano buscando un antiguo camino o calzada, y que en los planos del
Instituto Geográfico y Catastral lo señalan como vía pecuaria, y que bien pudo
ir sobre la antigua calzada romana de penetración que tenemos estudiadas hasta
Ubrique, desde el Sur, y hacia el norte, pero no en dirección oeste, es decir a
encontrarse con la Vía Augusta,
a la altura aproximada de Hasta Regia, en el primitivo trazado de Gades, Hasta
Regia, Ugia, Hispalis, Carmo, Astigi y Corduba en dirección a Cástulo. Esta
vía, no bien estudiada, debió unir el municipio de Ocurris, con Itupcis y
Carisa Aurelia, es decir una línea paralela al actual límite provincial
Sevilla-Cádiz. Este recorrido lo abordaremos en el presente trabajo bajo el
denominador de VÍA PRIMITIVA.
Una
vez pasada la carretera CL. 524, que corre paralela al antiguo camino, al menos
en un buen trecho, y como a unos cincuenta metros de él, sobre un farallón de
piedra, casi cubierto por ingente vegetación, de una verticalidad que
imposibilita un buen trabajo para un reportaje fotográfico, nos encontramos con
el último descubrimiento nuestro, de una necrópolis, excavada en la propia
roca, con nichos en forma de grandes esferas, de un metro de diámetro (al menos
la que está expoliada de antes), y que potencia nuestras hipótesis de que nos
encontramos ante una ciudad romana totalmente desconocida. Este tema lo
tratamos bajo el nombre de NECRÓPOLIS.
Desde
aquí buscaremos nuevamente el punto de arranque de nuestro imaginario paseo, es
decir la Venta
de la Zarza, en
cuya dirección nos encontraremos un inmenso llano, con frecuentes restos
arqueológicos sobre superficie (cerámicas, opus, sigiladas, tégulas, etc.) de
los que hemos recogido buena cantidad para su estudio; todo este material está
diseminado en una extensión de terreno aproximada a los 1.000 metros. Destacan
algunos paredones, junto a la finca de la Zarza, ocupándonos de ellos en RESTOS DE LA POBLACIÓN.
Todo lo
descrito ocupa una extensión aproximada de kilómetro cuadrado, y cuyo cuadrado
estuviera delimitado por cuatro puntos vértices-geodésicos de un imaginario
entre la Venta
de la Zarza,
Necrópolis de Niños, Puente Marrocano y Cortijo de la Zarza, tal y como lo
describimos en uno de nuestros planos.
HISTORIA DE LA ZONA: No vamos a
acometer un análisis o crítica de la pervivencia del hombre en esta CIUDAD
ROMANA DE TAVIZNA. No, porque de estos se ocupará la Arqueología, y la propia
ciencia histórica. Nosotros, vamos a relatar, paso a paso, nuestra historia, la
del por qué hemos llegado a estas conclusiones, después de diez años, de
recopilaciones de datos, nuestras visitas, nuestros estudios, nuestros
trabajos… y como hemos sabido captar la voluntad de la gente, para que se
interesen por aquella parcela que nos legara la historia, historia que si en
superficie, salvo la cantera y las necrópolis, no es espectacular, si lo será
cuando este verano, Dios mediante, se hagan algunas excavaciones, dentro de las
programadas para Ubrique…
Todo empezó en 1.968…
El
Grupo 208 de Misión Rescate había empezado a trabajar de lleno en el Salto de
la Mora. Aquello tenía “garra”. Una y otra vez, el Grupo se reunía para ir
clarificando objetivos a seguir en fechas posteriores. En verano de 1968, presentamos al programa un pequeño guión, con un
plano incluso, de todos los yacimientos arqueológicos que había en la comarca.
En total eran 41. A esta cantidad habíamos llegado, gracias a la colaboración
de todos los batidores y rastreadores del Grupo. Era consecuencia lógica, de
aquel famoso concurso de “PISTAS”.
Por otro lado, y esto nunca lo
hemos referido, Ubrique, por aquellas fechas era una población de inmigrantes.
Venían al logro de nuestros archifamosos artículos de marroquinería. En general
eran familias procedentes del campo en busca de mejores condiciones de vida…
Y estos
hombres, criados en nuestros campos, conocían al dedillo su orografía y, como
no, todos los restos de “obras de moro” que hay por aquí. Y así llegamos a
conocer estos verdaderos yacimientos arqueológicos, gracias a las informaciones
que a sus hijos, en nuestras escuelas, facilitaban sus padres.
Un
antiguo rastreador, hoy es también protagonista. ¿Recordáis aquel chico que
entregó para un “belén” una cabecita de toro?, pues este mismo chico, mejor
dicho padre, sería quien nos diera la primera pista sobre la Ciudad Romana de
Tavizna. Nos habló, de las tumbas que lo llamamos de niños. ¡Claro, eran las más espectaculares! Y allí fuimos una y
otra vez, y hasta conseguimos llevar al que actualmente es hoy director de las
excavaciones del Salto de la Mora, que fue quien en definitiva las señaló como
unas tumbas para niños. La describiremos:
A) TUMBAS DE NIÑOS.
Se trata de
varias tumbas, (las que están a la vista están expoliadas) unas semi-prismáticas,
otras semicilíndricas, excavadas en la propia roca. Hemos contabilizado siete
de ellas en una pared de no más de 10 metros de longitud, aunque esta pared se
continúa, formando ángulo debajo de tierra. Siguiendo consignado nuestro
Programa, no hemos hecho excavaciones, pero si hemos limpiado de malezas,
tierra suelta, y piedras algunas de ellas, encontrando en las dos centrales,
que no tienen cubiertas por desprendimiento, unas pequeñas hornacinas, para las
ofrendas, o para el depósito de las urnas cinerarias. Son pequeña, las
hornacinas, pues tiene aproximadamente 30 cm. De ancho, por 20 de alto por 20 de
fondo. En las bases de estas pequeñas hornacinas nos encontramos con un pequeño
reborde que imposibilita la caída hacia fuera de las ofrendas o las urnas que
se depositaron en ella.
El tamaño de
las tumbas en general, es de 50
cm. De ancha, 75 de alto y de fondo puede alcanzar los
60-70 cm.
Porque su forma no es regular. Frente a
las tumbas, un pequeño llano artificial, o plataforma primitiva, a la altura de
las bases de los enterramientos que le da un aspecto de santuario al aire
libre.
LA CANTERA.
Interesantísimo
resto arqueológico. Cuando en principio nos señalaron las que denominamos
Tumbas de Niños, nos hablaron de “bancales” de piedra. Este dato está tomado de
nuestro abundante archivo. Y efectivamente, desde que en marzo iniciamos esta
tarea central del estudio de la
Ciudad de Tavizna, hemos realizado un estudio concienzudo
sobre esta primitiva cantera, que por cierto no hemos terminado totalmente,
primero por su amplitud, y segundo porque la vegetación no nos deja. Nuestros
especialistas Piñero y Pacheco han medido alrededor del medio millar de huecos,
de donde han salido sillares, sillarejos, basas, capiteles, tambores de fustes,
etc. Piedras, que están no solo en la propia ciudad estudiada, sino que hemos
hecho estudios comparativos, y el mismo material lo encontramos en el Salto de la Mora, en los Bujeos, en
Itupcis, etc. Como anécdota podemos agregar que la mayoría de las medidas
corresponden a sillares normales, del orden de un cuarto de metro cúbico, pero
ha habido concretamente tres, que medían más de dos metros de larga, es decir,
que corresponden a tres gigantescos sillares. Las columnas, o parte de ellas,
que denunciamos en la pág. 2 de nuestras MEMORIAS, presentan según lo descubierto
una magnífica factura y alta calidad, expresada por su cincelado y por la
categoría de los dos “toros” ornamentales de la misma. Esta pieza, aunque la
hubiéramos querido rescatar para nuestra Glorieta de Misión Rescate en el
pueblo, no hemos podido por su gran peso y agreste sitio donde está.
B) COLUMNA Y PIEDRA DE MOLINO.
Relatando el
anterior capítulo, hemos relacionado la gran basa de columna encontrada en la
semi-meseta del cerro Mateo. Está como escondida entre la maleza. Y muy próximo
a ella, como a unos cincuenta metros como antes hemos dicho, una fenomenal piedra
cilíndrica, a manera de piedra de molino de tambor de fuste o similar, se
encuentra semienterrada por el tiempo, y que desde luego no hemos intentado
sacar, por su magnitud, y porque había que hacer obras de excavación que
pudiera perjudicar a lo que pueda haber allí.
No desechamos la hipótesis que se
trata de material obtenido de la próxima cantera, y que quedara allí. Eso lo dilucidará
la piqueta del experto…
C) CALZADA O VÍA PRIMITIVA.
El gran empeño
que pusimos en el estudio de la
Vía de penetración desde Carteya hacia el interior, a su paso
obligado por Ubrique, y siguiendo dirección norte, en la 9ª Campaña, puede
aumentarse al comprobar que próximo a las dos necrópolis estudiadas en estas
MEMORIAS nos encontramos con un camino, que bordeando el río de Tavizna,
asciende muy próximo a la necrópolis del talud hacia las alturas del cerro,
buscando la dirección oeste. Un somero estudio de posibilidades, nos completará
su origen, que parte precisamente desde Ubrique, porque la configuración
geográfica, encerrada entre dos montañas, la del Albaicín y la del Higuerón, no
pueden dar otra alternativa.
El grupo en la
necesidad de documentarse, separa el estudio de la Vía de Penetración en el
verano de 1975, vio como la provincia gaditana está atravesada por la
Vía Augusta, que partiendo desde Gades, se
adentraba hacia el norte, pasando por Hasta Regia o Mesa de Hasta. A esta
altura, aproximada, nos encontraríamos con la unión de esta otra, localizada
hipotéticamente por nosotros, con la augustal, después de recorrer los municipios
de Iptuccis y Clarisa Aurelia, de entre otros.
A escasa
distancia, unos doscientos metros, hay un puente, hoy destruido llamado puente
de Tavizna, que si bien en si, está reconstruido, o ha estado reconstruido,
bien pudo llamarse romano, como producto de su antigua fábrica. De este puente,
tenemos una lápida conmemorativa que dice: “AÑO DE 1.730 GRACIAS A CUATRO VILLAS
SIENDO SINDICO LUIS PAEZ CHACON”. El valor aquí de esta inscripción pontal es
solo anecdótico.
Lo que si es
cierto, que recorrida en parte esta posible calzada, tiene toda la pinta de ser
una auténtica Calzada Romana.
D) NECRÓPOLIS DEL TALUD.
Y por fin nos
encontramos ante la gigantesca fábrica de estas necrópolis. Lamentablemente
están en una pared casi vertical, y es imposible captarla fotográficamente con
los medios que disponemos, porque para ello, o tendríamos que poner una terraza con andamiaje especial, imposible por su coste, o tener unas cámaras especiales,
con potentes teleobjetivos, que pudieran plasmar la belleza de estos
enterramientos. Lo cierto es que el SR. Pacheco, un buen día de paseo con su
familia en el campo, observó en esa pared, la existencia de una oquedad, que
denunció al Grupo, por medio de su hijo. Le había llamado la atención. El
Grupo, en múltiples ocasiones ha visitado la zona, pero nunca la había
localizado. Ciertamente que estas oquedades están tapizadas por exuberante vegetación,
y que son muy difíciles, por su posición y encubierto, el poderla ver de buenas
a primeras. Pero tenemos la fortuna que nuestro rastreador Joaquín Pacheco
García, acompañado un día por su padre la localizara y las descubriera para el
Grupo, siendo esta la chispa para que toda la actividad del Grupo, se haya
centrado en este tema y podamos hoy contarlo para Vdes.
Lo
primero que hemos hecho ha sido limpiar en lo posible la vegetación, las
piedras sueltas, y cuanto estorbaba para hacer una pequeña prospección oficial.
En principio hemos localizado hasta cinco huecos, de los cuales uno solo, se ve
que ha sido violado, pero que en contra tiene una factura de extraordinario
acabado. Hacia la derecha de esta primera oquedad existe otra, no descubierta,
pero que se deja ver en la propia roca. Más abajo, unos dos metros, existen
otras dos, semi-paralelas a las anteriores. La de la izquierda, llena de
tierra, piedras, y restos de todo tipo, y la de la derecha a su vez, casi
tapiada, ya que por derrumbe solo aflora la parte superior.
Y
continuando, aún más abajo nos encontraremos con otras dos, casi en posiciones
idénticas a las anteriores, pero estas mejor conservadas, aunque como todas
rellenas nuevamente. Se conoce que a partir de aquí, es decir a unos cinco
metros de la máxima altura de la roca, continuaron habiendo nuevas sepulturas,
porque la tierra desprendida desde arriba, ha formado un compacto, que cubre
con una fuerte capa el resto de la necrópolis.
E) RESTO DE LA POBLACIÓN.
Y desde este
impresionante talud o farallón, nos dirigimos nuevamente hacia la Venta de la Zarza, por una zona
eminentemente llana. Y será en todo este sector donde nuestros rastreadores de
ahora, y de los grupos que le precedieron han encontrado más abundante y
valioso material, generalmente cerámico. De éste, los hay de todo tipo: ops,
sigalatas, tégulas, restos de mil y un cacharros, etc. De ello hay buenas
muestras en nuestra colección Rescate. Y de lo último encontrado, y aún no
catalogado por nosotros, en el álbum que acompaña a las MEMORIAS hay importante
muestrario. En cierto modo este llano está recorrido por la carretera local
524, atendida, de vez en vez, por los equipos de Obras Públicas. Pues bien
recordamos, aproximadamente hace cuatro años, que sacando arenisca para unas
reparaciones de la carretera, las máquinas dieron con abundantes materiales,
sobre todo tégulas y ladrillos grandes, por lo que el capataz de la misma, D.
José Chacón, llamó a nuestro Maestro-jefe, que le visitó, y a la vista de lo
que allí había, les recomendó nuestro Maestro, que dejaran por el momento esta
excavación, y la hicieran en otro sitio, como así, gentilmente, lo hicieron.
Este pequeño rincón está dispuesto para que este verano, tengamos nuevamente
una zona de prospecciones arqueológicas, ya que así lo tenemos interesado.
Y
ya próximos a la casa de la
Zarza, a sus espaldas y en un buen radio de extensión, casi
podríamos asegurar los 200 o 300
metros, diversos paredones de obras a todas luces
romana, por su argamasa, y en otras por sus incertum, se distribuyen por
doquier, destacando tres amplias salas rectangulares que en su día debieron ser
viviendas o locales de cualquier tipo.
Indudablemente
con este enorme rastreo que ha llevado el Grupo 208, escriben seis apartados,
en esta HISTORIA DE LA ZONA,
cuyos apartados podrían constituir, de por si, un objetivo determinante,
demuestra la existencia de esta CIUDAD ROMANA DE TAVIZNA, inédita, desconocida,
y que nadie ha podido ni imaginar. Pero para ello, han tenido que ir
enlazándose una serie de acontecimientos y hechos durante diez años, y una
labor conjunta de equipo, para que se llegue al final. Al final nuestro,
queremos decir, porque el punto final de esta hermosa historia, lo pondrá el
técnico y la arqueología nacional.
Fácil es
vislumbrar, el enorme trabajo al que hemos estado sometidos, y en algunos
momentos en peligro, conjugado, claro está por la presencia de nuestro
Maestro-jefe. Pero a más de uno de nosotros “las borregas” en las manos nos han
salido de tanto limpiar. Unamos a estos, harto ya de limpiar, la confección de
planos, dibujos, croquis, teniendo que tomar medidas, subiendo y bajando, de
arriba abajo, un día y otro día… menos mal que lo mejor de todo eran los
comentarios que en la clase de sociales, hacíamos en amplio y dilatados
diálogos, siempre era agradable hablar de estos temas.
Con esto
queremos poner punto y final, en estas MEMORIAS, estando solamente a la espera de
las certificaciones del experto.
Manuel Cabello Janeiro
Ubrique, mayo,
1.977
.
Queremos agradecer a Manuel Jesús Venegas el gran trabajo que ha realizado con la transcripción de los textos de esta Memoria.
.
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