Doña Luz Prieto Iglesias
"Doña Luz, la Partera"
En Ubrique, como en tantos otros lugares, ha habido mujeres especiales, mujeres trabajadoras, mujeres fuertes, grandes mujeres que han hecho nuestras vidas mejores.
Quisiéramos que su tarea fuera reconocida aún después de los años, sobre todo porque aún perdura en nuestros recuerdos el bien que hicieron por todos, y una de estas mujeres es doña Luz, la partera, una mujer que, aunque de origen gallego y orgullosa de ser de Galicia, se afincó en Ubrique y aquí trabajó durante muchos años.
Doña Luz es una de las grandes mujeres ubriqueñas que se han hecho acreedoras de un reconocimiento por nuestro pueblo, y, consultados los vecinos de Vista Alegre, proponemos que le sea dedicada la pequeña placita sin nombre que se encuentra tan cerca de su primera casa de Ubrique. La maestra María Isabel Arenas Angulo, una de las vecinas de la zona, nos ha proporcionado los datos biográficos de doña Luz, una mujer inolvidable, que ayudó a miles de ubriqueñas a traer a sus hijos al mundo. ¡Gracias!
Por María Isabel Arenas Angulo
Nombre: LUZ DE LA
AURORA PRIETO IGLESIAS.
Natural de Galicia, nacida el 17
de Octubre de 1928
Estudia en enfermería y se
especializa como Matrona.
Tenía una hermana llamada
Carolina que estudió igual que ella y que trabajó en Chipiona muchos años hasta
que a causa de un ictus enfermó y se vino vivir con doña Luz y su familia, aquí en Ubrique
viviría hasta su fallecimiento.
Se casa con MIGUEL GARCÍA RUIZ.
Fecha de Nacimiento: 14 de Junio de 1927.
Tienen un hijo llamado Miguel
Trabaja en El Pantano ¿Sería entonces una
pedanía de Algar?
Luego se traslada a Ubrique.
Viven muchos años en Vista Alegre
nº 2 (era la casa de mis abuelos maternos) hasta que se hacen una casa en la calle Doctor Zarco Bohórquez, nº 9.
En la casa de Vista Alegre
recuerdo que puso una placa en la que se leía su nombre y su profesión en el
balcón de la planta alta que daba a Los Callejones, letras negras sobre fondo
blanco.
Como al principio de residir en
Ubrique no tenía teléfono, los avisos los dejaban en mi casa y mi madre se los
daba.
Era pequeña de estatura pero
siempre con una sonrisa en la cara, amable, dulce, cordial y ese acentillo
gallego que nunca perdió. Una mujer adelantada a su tiempo, tenía carnet de
conducir y se desplazaba en un Seat 600 de color blanco.
Trabajó con el doctor don Diego
Reguera León, al principio atendiendo partos en las casas y después en la Casa
Maternidad, ubicada en un edificio en la Calle del Perdón, nº 2 (actualmente
sede de Cáritas), que era propiedad de Doña Isabel Reguera León y cedió a la
localidad.
Murió el 2 de abril de 2004 y su
marido poco después, el 8 de enero de 2005.
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