Mascarillas hospitalarias
Imagen gentileza de Procedimientos de enfermería
Por Esperanza Cabello
En femenino singular
Estamos viviendo días insólitos y difíciles, que requieren toda nuestra atención, nuestro mejor talante y toda nuestra fuerza de voluntad. En estos días se ve claramente cómo algunas personas hacen todos los esfuerzos del mundo (especial atención merecen todos los trabajadores sanitarios y quienes velan por nuestra seguridad) y otros son mamarrachos irresponsables capaces de transmitir el virus saliendo de zonas contagiadas y viniendo a contagiar la enfermedad a otras zonas del país (estas noticias de La Voz del Sur dan cuenta de ello).
Pero no se trata de dar más publicidad a los impresentables, sino de contar una historia emocionante, una historia corriente que nos da esperanza y nos hace confiar en las nuevas generaciones.
Hasta hoy viernes ha habido clases en todos los centros escolares de la provincia, y también en Las Cumbres, como en cualquier instituto. Los alumnos y alumnas de Primero de Ciencias acababan de volver de un viaje de estudios y, al entrar en clase, me encontré a muchos de ellos con mascarillas.
Les pregunté qué pasaba, si se sentían mal o si se las habían puesto por protección propia.
Y ya estaba dispuesta a hablarles sobre las circunstancias de las mascarillas cuando una chica me respondió:
"Estamos protegiendo a los demás, protegemos a los que queremos, y te protegemos a ti para que protejas a tu hermano".
Unos chicos de dieciséis o de diecisiete años demuestran que son superhéroes y superheroínas, tienen en sus manos, como todos y cada uno de nosotros, el poder de detener, con pequeños gestos, esta terrible amenaza que atenta contra nosotros.
Mantenernos en casa a toda costa, no salir si no es imprescindible de verdad, no viajar, ser terriblemente escrupulosos con nuestra higiene, proteger a nuestros mayores y a quienes tienen problemas de salud, protegernos y estar tranquilos... Son acciones que están totalmente a nuestro alcance, y si además pensamos en los demás y somos empáticos, todos podemos ser superhéroes como estos chicos.
¡Gracias de corazón, sois alucinantes!
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