Glorieta de don Emilio Santamaría Caballero
Fotografía gentileza de Ubrique en verde
¡Gracias, hermano!
Por Esperanza Cabello
Interesándonos por el grupo escultórico que flanqueaba la entrada de la guardería infantil La Esperanza desde su inauguración en 1970, preguntamos a nuestro amigo José Luis Mancilla, que, inopinadamente, nos contó una curiosa historia del Ubrique de finales de los setenta.
Se refiere al busto de don Emilio Santamaría Caballero, un agente comercial manchego que llegó a Ubrique buscando clientes y se quedó entre nosotros para revolucionar el mundo de la fabricación y comercialización de la marroquinería ubriqueña.
El papel de don Emilio, su dedicación a nuestra industria y, sobre todo, sus logros en el mundo del diseño, las ventas y la producción de pequeña marroquinería a gran escala nunca fue lo suficientemente apreciado en su momento.
A pesar de que su fábrica era el motor y el reloj de aquel Ubrique de posguerra, que conocimos hasta casi los setenta, su figura se había ido diluyendo en el tiempo y en la memoria.
Entonces comenzaron varios movimientos para el reconocimiento de esta figura tan importante. Hace unos años recuperamos un artículo que, en defensa de su gestión, publicara don José Conde Moncayo (en este enlace) en 1972.
Busto de don Emilio Santamaría en Vista Alegre
Pues quizás en ese mismo momento, a lo mejor incluso antes, surgió una iniciativa en la recordada Peña cultural y Recreativa San Sebastián, de la que quizás hayamos hablado muy poco en este blog, aunque muchos de sus socios mantienen vivo el recuerdo de sus muchas actividades. En este enlace de radio Ubrique podemos oírlos de primera mano.
La iniciativa era muy concreta: hacer una colecta para encargar a un escultor un busto de don Emilio Santamaría y así rendir homenaje a esta persona que tanto significó para el pueblo.
Nuestro amigo José Luis Mancilla nos contó que ya entonces la Peña estaba en la calle Ingeniero Juan Romero, donde el bar Modelo, justo enfrente de su casa, y que él, aún siendo un niño, estuvo pendiente de aquella colecta.
En la gran pizarra que se colocaba a la entrada, se iban anotando las aportaciones de los socios, Fulanito, que ponía veinte duros; o el siguiente, que ponía quinientas pesetas. ¡Un buen dinero para la época!
Sería entonces 1973 o 1974, el presidente era don Manuel Bohórquez, y pronto se recogieron las noventa mil pesetas que costaría la escultura.
El escultor designado para hacerla fue Javier Tejada Prieto, el mismo que varios años más tarde -en 1979- recibiría el encargo de hacer el monumento al petaquero de Ubrique (en este enlace).
Firma de F. Javier Tejada. 1974
Se trata de un bronce fundido moldeado por el escultor portuense y realizado en Madrid, en la fundición Godina, como podemos observar en el lateral. (GODINA FUNDIDOR MADRID).
El busto está colocado sobre un monolito en el que reza la leyenda "Ubrique a Emilio Santamaría".
Y todo el conjunto está sobre un mosaico con forma de piel realizado con piedrecitas, no con teselas, en el que se puede leer la fecha de la inauguración (1975) y tres herramientas fundamentales para la marroquinería, la patacabra, el compás y la chaveta.
Así pues, don Emilio Santamaría gozó del homenaje de todos los ubriqueños, por suscripción popular, agradeciendo su buen hacer marroquinero.
El lugar en el que se colocó no podía ser más céntrico en su momento, en Vista Alegre, mirando siempre a la avenida de Los Callejones, donde estaba su fábrica; saludando por su derecha a los que llegaban a Ubrique y despidiendo por su izquierda a quienes salían del pueblo.
José Luis quería aprovechar la ocasión para pedir más respeto y reconocimiento tanto al personaje como a la obra escultórica. En los pueblos somos muy dados a los motes y apodos, y es una lástima que muchas personas no conocen esta pequeña glorieta por su nombre.
Quizás si se colocara un cartel señalizador bien visible "Glorieta Emilio Santamaría", todos iríamos aprendiendo y recordando este nombre tan importante para todos nosotros.
Muchísimas gracias, amigo, por contarnos esta historia tan interesante y estas anécdotas de una época que a algunos les parecerá remota, pero que a otros nos parece de "ayer de mañana".
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