Nuestra tía María Remedios descubriendo el monolito con la placa dedicada a su marido
Por Esperanza Cabello
El pasado Día de Andalucía fue un día de emociones para la familia. Aquí en Ubrique tuvo lugar un homenaje a nuestro padre, y en Jerez también tuvo lugar un acto de homenaje: Dedicaron a nuestro padrino, Antonio Sanz Zamorano, el Parque Andaluz, a petición de la Asociación de Vecinos Palos Blancos.
Toda su familia se reunió en torno a su esposa, nuestra tía María Remedios Cabello, que se sintió arropada en todo momento por sus hijos, sus nietos y tantos amigos y familiares que se sumaron al homenaje.
Su hijo Antonio le dedicó unas emotivas palabras que nos han conmovido terriblemente. Creemos que no necesitan más presentación, .
A mi padre.
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Querida Alcaldesa
Querido Javier, Concejales.
Querido Presidente de la Asociación de Vecinos Palos Blancos...
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Querida Alcaldesa
Querido Javier, Concejales.
Querido Presidente de la Asociación de Vecinos Palos Blancos...
Hace poco mas de un año y un mes que falleció por un cáncer fulminante mi padre Antonio Sanz Zamorano.Os confieso una cosa que nunca hubiera imaginado. Desde entonces no ha habido un día en que no me aparezca una imagen, un recuerdo o un consejo suyo.
Ahora, gracias a vosotros, los vecinos, y a ti Alcaldesa, ese recuerdo mío se puede extender a todo Jerez y para siempre, al imponer el nombre de un lugar maravilloso, lleno de vida y futuro, este parque andaluz que para siempre se llamará, Parque Andaluz " Antonio Sanz Zamorano".
En nombre de mi madre, mi familia y sus amigos os doy las gracias por este inmenso gesto de amistad y reconocimiento.
Querida Alcaldesa. Gracias siempre por todo. Sabes la admiración de mi padre a ti y a tu gesta. Algo que sabes bien se extiende a su hijo Antonio. Recuerdo antes de operarse su obsesión por hablar contigo. Le dabas cariño. Pero sobre todo, le dabas seguridad y le transmitías futuro. Se fue sin culminar su gesta, la recuperación de la Fiesta de la Vendimia. Pero vive tranquilo, seguro de que no sólo recuperarás eso, mejor aún. Pasarás a la historia como quien salvo a Jerez de un crisis letal que solo una valiente como tú puedes levantar.
Gracias a la Asociación de Vecinos " Palos Blancos" y a su Presidente por su ejemplar generosidad para con mi padre. No se como expresar nuestra gratitud inmensa por ello a los vecinos. Gracias por regalarnos una parte tan grande de este pulmón de vuestro barrio, el que le falto para sobrevivir a mi padre, para dar vida a la figura de un jerezano que sentía pasión por cadarincón de esta ciudad. Mi padre nunca militó en ningún partido político. Su militancia era con Jerez, a la que sirvió como Concejal en la transición y a la que aplico toda su capacidad, creatividad y trabajo. Obras para siempre como la primera Casa de la Cultura, los Festivales de Verano en el Recreo de las Cadenas, una de las recuperaciones del Museo Arqueológico, el avance del Zoológico, el impulso a las Fiestas de Jerez, muy especialmente, la Vendimia, la Semana Santa...y muchos más. Son algunos de los sellos que junto a este parque quedarán para siempre.
Un titular periodístico al morir mi padre lo definió como " Maestro en Humanidad". Inmejorable definición. Fue protagonista de mucho, pero siempre renunció al protagonismo. Así es, Antonio Sanz Zamorano protagonizó mucho en Jerez, pero su ejemplar humildad le llevo siempre a quedarse un paso atrás para dar protagonismo a los demás. Nunca buscó ser un jerezano ejemplar. Pero os aseguro que si fue un ejemplo para los que vivimos con él. Su familia, sus compañeros, sus alumnos.
Su objetivo era ser útil, innovador y creativo en todo. De el seguro algunos hemos sacado el amor al trabajo. Infatigable y cabezota hasta no conseguir culminar la faena. Pero en su labor, en sus logros siempre tuvo una característica común. Una labor callada, silenciosa, sin ruidos ni estridencias. Quizás salvo al final de su vida donde a través de un libro pudo expresar su ambición por un Jerez un poquito mejor. Dialogante y moderado. Equilibrado y seguro. Positivo y riguroso. Trabajador infatigable. Así era, así vivió, Antonio Sanz Zamorano.
Ya he dicho que no era político, aunque le apasionaba la política. Su ideología era el sentido común. El mejor de los sentidos. La más centrada de las ideologías. Normalmente no se metía en decisiones ni conflictos políticos. Si digo que cuando lo hacia había que tenerlo en cuenta. Recuerdo en los miles de kilómetros por Andalucía con Javier que le decía: hoy me ha llamado por esto mi padre. Siempre comentábamos, algo pasa. Llevaba razón. Pero sobre todo era padre, esposo y maestro. Sin duda, su vocación fue la docencia. Desde Grazalema hasta el Alfonso X El sabio creo ha dejado huella en los que fuimos sus alumnos, no en vano, el tuvo un maestro que también le dejo honda huella y claros principios que transmitir a los demás, Don Alberto Durán.
Así ha sido. Me siento muy orgulloso de encontrarme a diario alumnos y familiares agradecidos por la labor docente de mi padre. Las enseñanzas teóricas de Naturales, Física y Química. Pero lo más importante, las enseñanzas prácticas de vida que daba a diario a sus alumnos. Algo reconocido ampliamente el año de su jubilación por el Ministerio de Educación al concederle la Gran Cruz de Alfonso X.
Personalmente os muestro mi emocionado agradecimiento y el de mi familia, por este gesto inolvidable.Su objetivo era ser útil, innovador y creativo en todo. De el seguro algunos hemos sacado el amor al trabajo. Infatigable y cabezota hasta no conseguir culminar la faena. Pero en su labor, en sus logros siempre tuvo una característica común. Una labor callada, silenciosa, sin ruidos ni estridencias. Quizás salvo al final de su vida donde a través de un libro pudo expresar su ambición por un Jerez un poquito mejor. Dialogante y moderado. Equilibrado y seguro. Positivo y riguroso. Trabajador infatigable. Así era, así vivió, Antonio Sanz Zamorano.
Ya he dicho que no era político, aunque le apasionaba la política. Su ideología era el sentido común. El mejor de los sentidos. La más centrada de las ideologías. Normalmente no se metía en decisiones ni conflictos políticos. Si digo que cuando lo hacia había que tenerlo en cuenta. Recuerdo en los miles de kilómetros por Andalucía con Javier que le decía: hoy me ha llamado por esto mi padre. Siempre comentábamos, algo pasa. Llevaba razón. Pero sobre todo era padre, esposo y maestro. Sin duda, su vocación fue la docencia. Desde Grazalema hasta el Alfonso X El sabio creo ha dejado huella en los que fuimos sus alumnos, no en vano, el tuvo un maestro que también le dejo honda huella y claros principios que transmitir a los demás, Don Alberto Durán.
Así ha sido. Me siento muy orgulloso de encontrarme a diario alumnos y familiares agradecidos por la labor docente de mi padre. Las enseñanzas teóricas de Naturales, Física y Química. Pero lo más importante, las enseñanzas prácticas de vida que daba a diario a sus alumnos. Algo reconocido ampliamente el año de su jubilación por el Ministerio de Educación al concederle la Gran Cruz de Alfonso X.
Si una ciudad reconoce la vida de una persona, uno de sus vecinos. Imaginad la desazón de un hijo que nunca tuvo ni tiempo ni valor de reconocerle y agradecerle en vida el ejemplo y la confianza sin límites, no sometida a difíciles pruebas, que desde muy niño deposito mi padre en mi como persona. Y es que no sólo confió ciegamente en su hijo. Es que arriesgo y soporto vientos y mareas todos los años difíciles de la juventud. Espero, al menos, que arriba donde está se sienta orgulloso de sus hijos que aprendimos de él el valor y el sacrificio por el trabajo como autoexigencia diaria por ser mejores.
Y gracias especialmente a mi madre. Por sus ganas de vivir, por su espíritu de superación y lucha diaria para aprender y saber vivir a más metros de él. Algo nada fácil, tratándose de una persona siempre acostumbrada a no separarse ni un metro de su marido.
Alcaldesa. Amigas y amigos.
Antonio Sanz Zamorano se fue satisfecho y en paz. Feliz de sus nietos. Orgulloso de sus hijos y enamorado de su mujer.
Hoy, gracias a vosotros, vive para siempre en Jerez. Arropado por su Virgen del Carmen y el Señor de la Sagrada Lanzada. Reconocido por su ciudad. Querido por sus vecinos. Y admirado por su familia.
Gracias Alcaldesa.
Para siempre, gracias Jerez.
Por Antonio Sanz Cabello
Familiares y amigos ante el monolito que recuerda a Antonio Sanz
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