viernes, 23 de junio de 2017

Don Francisco Cabello Izquierdo, un MAESTRO con mayúsculas


 Francisco Cabello y tres de sus alumnos: Clara, Ana Belén y Manuel
Que quisieron hacerle un regalo especial



Por Esperanza Cabello   


Ayer fue el último día de clases de este curso, y también fue el último día de clases de nuestro compañero y hermano Francisco Cabello, Paco, como lo conocen sus alumnos y compañeros. Todos sabemos que en las próximas semanas será su cumpleaños y habrá alcanzado, después de casi cuarenta años de servicio la feliz edad de la jubilación. ¡Enhorabuena!




 Un gran abrazo de agradecimiento de todos y para todos


Francisco Cabello, hijo, nieto y bisnieto de maestros, hizo sus estudios de magisterio en la Escuela Normal Josefina Pascual, en Cádiz, entre 1976 y 1979. Su primer destino fue Bornos, donde comenzó como maestro de Ciencias Sociales.
Destinado a Ubrique, se especializó en Pedagogía Terapéutica, y desde entonces ha dedicado toda su vida a niños y niñas que necesitaban una atención especial. Y él ha sido el que "mejor mano" tiene en el mundo para estos niños. Con una gran paciencia, infinito cariño y mucha disciplina se ha encargado de ellos y ha conseguido, en muchísimos casos, avances fundamentales.
Recordamos con emoción cómo consiguió que una niña con parálisis cerebral consiguiera hacer movimientos básicos, o cómo hizo que uno de los niños del barrio dijera sus primeras palabras.
Pero de esto hace casi cuarenta años. 


 
 Francisco, feliz y emocionado con sus regalos: una camiseta con sus tres niños
y un paquetón de chucherías para celebrarlo entre todos



En la década de los noventa obtuvo su plaza en Las Cumbres, haciéndose, desde el primer momento, un lugar fundamental en el claustro y entre los alumnos. 
Inquieto y organizativo como su padre, no ha habido curso que no haya inventado mil y una actividades con los alumnos y con los compañeros. Grupos de trabajo de Medio Ambiente, estudio del Agua como elemento educativo, expediciones a todos los rincones de nuestra geografía, viajes, cruceros, descenso de cañones, recorridos por Ocurris, subida a lo más alto, intercambios con otros centros.
En los últimos ocho o diez años ha sido el verdadero impulsor de las actividades del profesorado, difundiendo nuestro patrimonio natural y cultural por doquier, organizando semanalmente excursiones a enclaves arqueológicos, lugares pintorescos y rincones paradisíacos. 
Y por supuesto, siempre ocupado con el agua y su importancia para todos nosotros. Ha colocado estaciones meteorológicas en varios lugares de nuestro entorno y ha contagiado a sus compañeros de su entusiasmo y pasión. 
Precisamente los compañeros de este año le han regalado, además de un precioso libro de fotografías con unas dedicatorias impresionantes y emotivas, una nueva estación meteorológica. Un conmovedor regalo de despedida para un curso que ha dado mucho de sí.



Aunque lo realmente importante para este gran maestro que comenzará su feliz jubilación en los próximos meses han sido  y son  sus niños. A lo largo de estos casi cuarenta años han ido cambiando, se han ido haciendo mayores y ahora son hombres y mujeres. Pero con todos ha tenido una relación especial. Francisco tiene un don que, afortunadamente, ha sabido desarrollar y utilizar en todo este tiempo: sabe encontrar lo mejor de todos y convertirlo en su punto fuerte. Eso a base de mucho cariño, mucha mano izquierda y mucha dedicación. 
Nos despedimos de él, como maestro, con esta imagen de sus últimos tres niños: Manuel, Ana Belén y Clara, que lo despiden de corazón, aunque seguirán siempre a su lado con esta camiseta tan preciosa que le han regalado, en la que están ellos tres y sus nombres junto a su MAESTRO. "PACO, el profe más cariñoso, paciente, sonriente y motivador."

Mucha suerte y muchas felicidades, hermano, has ingreado en la lista de los grandes ¡Enhorabuena!


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