lunes, 30 de julio de 2018

La petaquería de "Hermanos Cabello" en 1932







Por Esperanza Cabello

Ya hace algún tiempo que publicamos (en este enlace) los datos del anuario de 1932, extraídos de la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional.
En una nueva búsqueda en este anuario hemos encontrado diversas variaciones muy curiosas en varios pueblos, pero las que nos interesan están, por supuesto, en Ubrique.
Y es aquí donde encontramos la firma "Hermanos Cabello" de nuestro pueblo entre las fábricas de petacas y carteras. 
Ya hemos hablado en anteriores ocasiones del trabajo de nuestra bisabuela Joaquina Orellana Artacho, que llegada de Argentina, viuda con seis hijos, decidió, con la "platita" que traía, iniciarse en el mundo de la fabricación de petacas, montando su propia fábrica y convirtiéndose en la primera mujer que gestionaba una petaquería en el pueblo.
Pero ahora queremos añadir el relato de nuestro tío José María Cabello, que con su memoria prodigiosa recuerda todos los datos de esta historia.


"... Allí fue recibida,  en casa de José Cabello Medina, en principio, con cariño y con cierta curiosidad.

Hablaban americanizado, distinto del tono cantarín, propio del lugar en aquellos primeros años del pasado siglo. Al abuelo Paco cariñosamente le llamaba Pancho. Pero la convivencia se fue enfriando hasta que la abuela Joaquina, mujer valiente, decidió instalarse con valentía en hogar propio. El ambiente ultraconservador del cura la enervaba. Ella era mujer libre, independiente, luchadora, piadosa pero en las antípodas a la forma de pensar de su cuñado. Y para colmo, las primeras atenciones hasta económicas que el cura tenía para ella y sus hijos se derivaron a la familia del sacristán. Y así se originó la ruptura. 
Ella se instaló en la calle Real, donde tuvo lugar el domicilio social de la fábrica de artículos de piel Hermanos Cabello. Una de las primeras marroquinerías ubriqueñas de los años veinte del pasado siglo. Ahora que las nuevas generaciones, incluida la de sus descendientes directos, manifiestan su deseo de completar el callejero local con nombre de mujeres creo que una de las primeras debe llevar el nombre de doña Joaquina Orellana Artacho, mujer valiente, ejemplar, primera empresaria marroquinera.

Desligada de su hermano en Argentina, sin posibilidad de buscar raíces en su lugar de nacimiento, Cuevas Bajas, un pueblín de la comarca de Antequera lindando con la provincia de Córdoba, y liberada de la asfixiante convivencia con su cuñado, el cura de Ubrique, Joaquina no se arredró. Todo lo contrario. Con su recia personalidad, cincelada por el dolor y el desprecio decidió actuar por sí sola. Y con la platita que conservó de su estancia en Argentina, más la colaboración de su hijo Paco, convertido en cabeza de familia en sus incipientes dieciséis años, invirtió en la petaquería establecida en la calle Real con el nombre de Hermanos Cabello. Razón social que se mantuvo viva hasta los años cincuenta del pasado siglo. Y es así como la abuela Joaquina se convirtió en la primera mujer empresaria marroquinera de Ubrique.
Ni que decir tiene que abuela Joaquina había puesto el capital, pero el alma comercial del negocio era el abuelo Paco. Lógicamente, al independizarse una vez casado disminuyó su volumen de trabajo. Pero siempre se mantuvo el ritmo de cuatro o cinco petaqueros con la ayuda de los tíos Joaquina y Miguel, hasta la forzada desaparición de la firma, que siempre contó con la tutela del abuelo Paco, que vendía como suya la producción, o alquilaba la plancha para la suya".  


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