lunes, 22 de agosto de 2022

Don Francisco Jaén Hidalgo. In memoriam

 

Francisco Jaén Hidalgo rodeado de su gran familia numerosa celebrando  su cumpleaños


Por Esperanza Cabello


La foto que presenta esta triste entrada la hemos tomado del facebook de nuestro querido vecino y amigo Francisco Jaén Hidalgo, persona entrañable, cariñosa, buen conversador, amante de la familia y la naturaleza y, sobre todo, un gran hombre. Un gran hombre que lamentablemente ha fallecido hoy, después de toda una vida de trabajo y dedicación a la familia y a su pueblo.

Su querida Gertrudis lo está esperando en el cielo.

Este ubriqueño nació en aquel Ubrique de enero de 1936, cuando había un torbellino político en nuestro pueblo y en nuestro país, que desembocó en una terrible Guerra Civil. Sus padres, Juan Jaén Valle y Ana Hidalgo, eran también ubriqueños, personas conocidas y apreciadas en el pueblo, siempre relacionadas con la marroquinería y con un profundo sentido religioso.

Francisco estuvo en la escuela parroquial hasta los dieciséis años, pasando más tarde a trabajar con su padre hasta que fundó su propia empresa.  (En este enlace podemos leer su biografía profesional, escrita por el señor Gavira y publicada en la página del Museo de la Piel).

Nosotros lo conocimos en nuestra más tierna infancia, junto a su esposa Gertrudis y aquella familia numerosa tan agradable, en la calle Santa Rosalía, en la que las dos familias eran vecinas. Y desde siempre hemos visto cómo nuestros padres les profesaban su afecto y su cercanía. Gertrudis Rojas era una mujer increíble, con aquella sonrisa siempre, dispuesta a una buena conversación y a echar una mano a quien lo necesitara.

Pero la trayectoria de esta pareja venía de lejos. Francisco era hijo y nieto de petaqueros, como nuestro padre, y como él decidió continuar en el mundo de la marroquinería. Como empresario, fue uno de los más conocidos y respetados durante muchísimos años, llegando a tener muchos empleados a su cargo y haciéndose conocido en el mundo entero.

 

Factura de 1971, pitilleras, cerilleras, llaveros, monederos, y muchas pureras, que eran su especialidad entonces



Francisco también era muy conocido por su afición al silvestrismo, pero, sobre todo, por su devoción a la Patrona de Ubrique, Nuestra Señora de los Remedios, de cuya hermandad fue Hermano Mayor durante muchos años.

Hombre piadoso, amante de su pueblo y su familia, sufrió un mazazo cuando su querida Gertrudis falleció. Pero a pesar de todas las dificultades, Francisco ha continuado ayudando a sus hijos en la empresa familiar, su gran experiencia en el mundo de la marroquinería ha sido su mejor aval, hasta el punto que en el año 2011 fue homenajeado por su trayectoria profesional. Podemos leerlo en este enlace y en este otro.

Francisco ha colaborado también con el Museo de la Piel de Ubrique, y en los últimos años también ha colaborado en el grupo de facebook "Ubrique en el recuerdo" comentando las fotografías y explicándonos quiénes son las personas que figuran en ellas, como memoria viva de nuestro pueblo.


 

Hoy nuestro hermano Francisco Cabello, compañero de muchos años de Francisco Jaén en la Hermandad de Nuestra Señora de los Remedios, nos ha comunicado la triste noticia de su fallecimiento, que nos ha afligido terriblemente a los hermanos Cabello Izquierdo, pues Francisco, además de su calidad humana, era para nosotros un símbolo y un buen recuerdo de otros tiempos, con el que compartíamos momentos de charla, momentos de añoranzas  y de cariño familiar.

Queremos enviar nuestras condolencias, en nonbre de toda la familia Cabello, a todos los hijos y nietos de Francisco; su familia, lo más preciado para él, siempre pendiente de unos y otros: sus niños, su Juan, su Ana Mari, su Elena, su Sagrario, su Francisco Julio, su Mari Carmen. Sus queridísimos nietos y nietas, siempre hablaba de ellos orgulloso.

A todos ellos enviamos un fuerte abrazo y los acompañamos en su dolor. ¡Qué lástima!

 

Su funeral tendrá lugar mañana, martes, 23 de agosto a la una del mediodía en el cementerio municipal de San Bartolomé, en Ubrique. Descanse en paz.

 

 

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